La primera iglesia de Málaga, reconvertida al barroco en el siglo XVIII, ha sido restaurada recientemente
Ignacio A. Castillo 15.12.2013 | 18:30
Se restauró lo que se ve hace poco. Pero ahora, los problemas escondidos, ya son evidentes. Los estragos de la humedad se dejan notar en la iglesia de Santiago. Hasta tres metros de altura alcanza en algunos muros. El origen de su disgregación está en la fuerte capilaridad que asciende desde el terreno. Por el subsuelo pasa el arroyo del Calvario y se suma otro de Gibralfaro. Al primer templo cristiano consagrado en Málaga se lo come la humedad. Y su párroco lanza un SOS. No son los únicos problemas, pero sí los más urgentes que afectan a este BIC, aunque bien es cierto que no corre peligro.