lunes, 26 de septiembre de 2011

Terminar la Catedral, sí o sí (La Opinión)


Lleva parada demasiado tiempo, lo que no significa que tenga que resignarse a mantener su estado incompleto







El arquitecto Gabriel Ruiz muestra las nuevas grietas en la cubierta de la Catedral.
El arquitecto Gabriel Ruiz muestra las nuevas grietas en la cubierta de la Catedral. Carlos Criado
IGNACIO A. CASTILLO La Catedral se cala. Parece que da igual lo que le hagan, porque tarde o temprano las grietas que jalonan sus bóvedas vuelven a aparecer permitiendo filtraciones que ya nadie sabe a dónde conducen. La semana pasada fue muy ilustrativa la imagen del arquitecto Gabriel Ruiz, contratado por el Obispado para elaborar el plan director del primer templo, señalando las fisuras que ponen en evidencia que la obra del tejado llevada a cabo hace dos años, sin duda, no se hizo bien. Arreglar las cubiertas es una prioridad, pero la Catedral no puede resignarse a mantener su estado incompleto de forma permanente. No es justo ni lógico. No puede seguir siendo símbolo de lo inacabado y la nostalgia por un seudónimo no debe servir de excusa ni ha de ser una rémora.

Es posible que hoy no se pueda acometer tan importante obra, pero en el horizonte debería estar la obligación de terminar la Catedral, y no sólo con la segunda torre, que sin duda es la ausencia más notable. Muchas veces, ser malagueño es sinónimo de despropósito y el hito más importante de la ciudad no puede significarnos de tal modo y de forma tan manifiesta. Pero no es sólo la torre, habría que construir una sacristía, que tampoco tiene, o concluir la fachada principal, con sus balaustradas, frontispicio e imaginería que existen en el proyecto.

En estos tiempos de crisis económica, cuando el sector de la construcción está en absoluta parálisis, estas tareasa permitirían ofrecer muchos puestos de trabajo a albañiles que llevan meses en el desempleo. ¿O no?

Habrá quién piense que es derrochar el dinero. Serán los mismos que atacan cualquier asunto que huela a incienso. Alguien decía por twitter que mover piedras del teatro romano está bien, pero que hacerlo en la Catedral está mal. O los curas tienen peor fama que los pretores o es que la Edad Antigua está mejor vista que el Renacimiento y el Barroco... o es que sencillamente cada uno pone el listón de su crítica donde le interesa y atacar a la Iglesia está de moda y es de ser muy moderno y progresista. Porque, y aquí sí que se pueden utilizar argumentos dinerarios, qué monumento tiene una mayor repercusión turística: el teatro romano o la Catedral. Qué edificio recibe más visitantes. Matemáticas puras, aunque yo en su día hice letras mixtas.

Las catedrales tardan siglos en acabarse. Ahí está la Sagrada Familia de Barcelona. Gaudí no la vió terminada pero es que nosotros tampoco lo haremos... pero su construcción se mantiene día a día.

Vélez quiere recuperar su origen. (SUR)


El alcalde, Francisco Delgado, plantea incluir el adecentamiento de los restos del templo a través de la Iniciativa Urbana de la Villa El Ayuntamiento gestiona la obtención del la ermita de San Sebastián
26.09.2011 - 
AGUSTÍN PELÁEZ
 
VÉLEZ-MÁLAGA.

Vélez quiere recuperar su origen
La ermita sufre un grave deterioro, que arrastra desde el siglo XIX por la falta de mantenimiento. ::A. P.
Recuperar la ermita de San Sebastián, convertida en ruina tras más de un siglo de absoluto abandono por parte del Obispado. Este es uno de los objetivos que en materia de recuperación del patrimonio histórico y monumental se ha marcado el equipo de gobierno del PP en el Ayuntamiento para esta legislatura. Al menos, así lo ha anunciado el alcalde, Francisco Delgado, en base a lo que representa el templo el municipio. La ermita fue construida en 1497 en recuerdo del palafranero real, Sebastián Sánchez Pelao, que salvó la vida del rey Fernando el Católico con motivo de la toma de Vélez-Málaga en 1487, hecho que aparece reflejado en escudo y pendón de la ciudad.
El escudo representa la única acción de armas en la que el rey Fernando el Católico intervino durante la guerra de Granada y más concretamente en la conquista de la ciudad veleña. La toma de Vélez-Málaga fue iniciada en 1487. En la conquista se produjo, según la tradición, una salida de los veleños, entonces musulmanes, que realizaron un asalto al campamento real. El Rey fue sorprendido sin armadura y se dispuso a la lucha. La rapidez de un palafranero, Sebastián Sánchez Pelao, evitó que el Monarca resultara herido. Al ponerse delante impidió que una lanza atravesara a Fernando el Católico.
En memoria de aquella gesta, el escudo muestra precisamente a un rey a caballo con un mozo de espuelas muerto a los pies y con los moros huyendo. La concesión del pendón y bandera a Vélez-Málaga por la Reina Isabel se produjo 12 años después (1499) de aquel acontecimiento. No obstante, la ermita de San Sebastián fue levantada en 1497, dos años antes de la concesión del escudo por parte de la reina Isabel la Católica.
Según Delgado, la intención del Ayuntamiento es obtener la propiedad de los restos de la ermita y proceder a su restauración a través de la Iniciativa Urbana 'De toda la Villa'.,conocido como Plan Urban, dotado con 14.297.300 euros y que tiene como finalidad la recuperación integral de los barrios de la Villa, el Arroyo de San Sebastián y la Molineta.
Cesión
Aunque el Obispado aceptó en el año 2000 ceder los restos al Ayuntamiento, con la condición de que el destino que tenga el inmueble no sea atentatorio contra la religión y la moral católica. En caso contrario, el bien revertirá al Obispado. El problema, según el Consistorio es que la ermita y otras propiedades que formaron parte del conjunto original, están siendo utilizados por varios privados que disponen de los restos arqueológicos.
Según el edil de Cultura y Patrimonio, Antonio Fortes, del inmueble se conservan todavía varios muros y arcos que dejan ver la planta rectangular de la ermita e incluso la antigua vivienda del cura, el huerto y el pozo. Existen documentos en el Archivo Municipal en los que figuran escritos dirigidos al Obispado por parte del Ayuntamiento a finales del siglo XIX y principios del XX en los que la corporación denunciaba el estado de abandono de la ermita y exigía su restauración.
Para el alcalde, recuperar la ermita significará reconocer «nuestra historia y una parte de nuestro origen, ya que está íntimamente vinculada a la toma de la ciudad pro los Reyes Católicos».