viernes, 16 de septiembre de 2011

Un hogar para la memoria presente (Málaga Hoy)


El Teatro Alameda cumple medio siglo, y celebrarlo es celebrar que esta ciudad conserva, a pesar de todo, rincones en los que uno se siente a gusto con el que fue hace décadas l Pocos argumentos hablan hoy tan bien de Málaga y pregonan mejor su imagen más deseada l El espectáculo debe continuar
| ACTUALIZADO 16.09.2011 - 01:00
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Entrada del Teatro Alameda, en la calle Córdoba: pasen y vean.

PUES sí, hoy voy a escribir sobre teatro, uno de los pocos asuntos sobre los que merece la pena sentarse a escribir hoy día. Y hacerlo en clave urbana, como corresponde al Calle Larios, obliga a dedicar el artículo al Teatro Alameda, que estos días anda muy feliz celebrando su medio siglo de vida, con nuevo patio de butacas y todo. En realidad, los orígenes del local de la calle Córdoba se remontan a 1907, cuando se instaló en la misma manzana el Cine Pascualini, el primero que proyectó en Málaga películas americanas. La Guerra Civil redujo aquel emblema a cenizas, y en los años 40 se construyó un estanque con barquitas, como El Retiro en pobre, que se hacía llamar El Palacio de Cristal. Entre 1955 y 1960 funcionó allí el Cine de Verano Terraza Alameda, que traspasó su nombre al siguiente proyecto, inaugurado el 22 de diciembre de 1961 con una función de ópera cuya recaudación fue destinada a las Hermanitas de los Pobres. Concebido ya como espacio polivalente, acogió desde el principio funciones teatrales y proyecciones cinematográficas (la primera película que pudo verse allí fue El día más largo, nada menos) y así se mantuvo hasta 1988, cuando una profunda reforma lo convirtió en multicines, con las dos salas de la segunda planta añadidas a la principal. Ésta quedaría consagrada al teatro a partir de 1995, y la última reforma ha ampliado su aforo desde 500 localidades a más de 600. Un teatro es como una ciudad: crece, mengua, estalla, arde, ríe, es derribado en un bombardeo y sólo resiste a base de reinventarse. La historia del Alameda, por tanto, ha corrido en paralelo a la de la ciudad que lo acoge. Y es curioso, porque en Málaga abundan los ejemplos de lugares que uno creía siempre suyos y que en los últimos años se han convertido en extraños, poco acogedores. A base de reivindicar sus derechos sobre el Teatro Romano, felizmente recuperado ayer para su uso escénico por una iniciativa municipal, el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía han conseguido que el enclave parezca cosa de ellos, una exclusiva de la administración cual hueso al alcance de los perros, como si no tuviera nada que ver con quienes lo admiran y sueñan a diario. Aquel misterio llamado Tabacalera, que en la infancia de los de mi generación excitaba los sueños más góticos y tenebrosos, hoy es un agujero erigido como monumento al fracaso. Por no hablar del Cine Albéniz ni del Centro de Exposiciones de Renfe, así como de otros muchos palacios de antaño hoy escaldados en ruina. Pero el Alameda mantiene una fidelidad reconfortante. En sus salas, uno se reconcilia con el mismo que asistía a las mismas funciones y proyecciones hace diez, quince o veinte años, como un hogar para la memoria hecho en el presente. 

Es cierto. Si el Alameda tiene cincuenta años, mi relación con él se remonta a más de veinte, cuando comencé a ir por mi cuenta al cine y al teatro. Así que mi historia también está íntimamente ligada a la suya. Recuerdo tantas películas en aquella adolescencia, a menudo europeas o independientes, cuando pretendía justificar cierta inclinación snob por mi parte y de paso impresionar, siempre sin atisbo alguno de éxito, a alguna amiga del instituto que accedía a acompañarme. En cuanto al teatro, recuerdo especialmente una representación del Calígula de Albert Camus a cargo de la compañía cubana El Público que me impresionó tanto en aquellos años que ya entonces contribuyó decididamente a mi filiación absoluta a la escena, como un juramento amoroso en el que me he mantenido firme hasta hoy. Recuerdo haber ido con mis padres a ver las comedias de las estrellas de turno, como islas en el recuerdo que desgraciadamente jamás volveré a visitar. La cita para ver a Faemino y Cansado con los amiguetes se hizo obligada cada vez que el dúo comparecía en el teatro. Luego, con el ejercicio de la profesión, disfruté la fortuna de realizar en el ambigú algunas entrevistas memorables, de las que permanecen grabadas a fuego: Concha Velasco, Lola Herrera, Rafael Álvarez El Brujo y tantos otros, largos ratos de conversación reveladora y, qué quieren, lo admito, privilegiada. El ambigú, por cierto, es un escenario excepcional para tomar un café al estilo español, ya saben, como si Jardiel Poncela estuviese a punto de bajarse del taburete, y el personal del teatro (permitan un saludo especial a Carlos Sánchez Ramade) es siempre amable y atento, tanto que todos logran que uno se sienta como en su casa, lo que, tratándose de un teatro, se traduce en privilegio sobre privilegio. 

En fin, mientras el Alameda siga en pie nadie tendrá derecho aquí a aburrirse. Medio siglo no es nada en la vida de un hombre. En la de un teatro, es sólo el principio.

La Junta retrasa el metro hasta febrero del año 2013 (La Opinión)


Revela que supondría unas pérdidas de 12 millones y que sólo serían utilizados por unos dos mil pasajeros al día

  




El tramo en superficie del metro que atraviesa el campus está terminado desde hace meses.
El tramo en superficie del metro que atraviesa el campus está terminado desde hace meses.  Carlos Criado

MIGUEL FERRARY El metro de Málaga sufre un nuevo retraso. Los primeros trenes no circularán con pasajeros hasta febrero de 2013, un año y cuatro meses después de la fecha defendida hasta ayer por la Junta de Andalucía para poner en servicio los primeros tramos y que era noviembre de este año.

El viceconsejero de Obras Públicas, José Salgueiro, fue ayer el encargado de anunciar el nuevo calendario, al tiempo en que insistió que no afectará al ritmo de obra en el resto de tramos. «No es momento de pasear hierros», afirmó Salgueiro, quien apuntó que quieren completar la construcción de la Línea 1 y su conexión con la Línea 2 antes de abrir al público el suburbano, ofreciendo así un servicio más coherente a los posibles pasajeros.

El viceconsejero, que anunció este cambio de calendario en la Comisión de Seguimiento del Metro de Málaga con el Ayuntamiento, se agarró a la crisis económica para justificar la necesidad de esperar y no adelantar la puesta en marcha por tramos. Afirmó que abrir en noviembre los dos primeros tramos terminados, y que no están conectados, supondrá un sobrecoste de 12 millones de euros. Salgueiro subrayó que un estudio de viabilidad realizado por la concesionaria, y presentado la semana pasada, adelanta que la demanda prevista apenas rondará los 2.000 pasajeros diarios para los dos primeros tramos. Esto se traduce en poco más de 700.000 viajeros al año, frente a los 12 millones previstos en 2013 con las líneas 1 y 2 conectadas en la estación de Renfe.

El director del proyecto del metro, Enrique Salvo Tierra, apuntó que adelantar la inauguración a los tramos terminados en noviembre elevaría el coste por pasajero a 13 euros, frente a los poco más de 3 euros de la red conectada. Ese sobrecoste, una vez detraído el precio del billete para el público, «tendría que ser asumido por la Junta y el Ayuntamiento».

Rentabilidad social y crisis

El viceconsejero también recurrió a la escasa rentabilidad social que tendría poner en marcha un servicio parcial y sin conectar de metro, pese a que la Consejería de Obras Públicas ha defendido durante dos años esta alternativa.

Para Salgueiro, la falta de demanda y el sobrecoste, en plena crisis económica, justifican el retraso del calendario. Al mismo tiempo, se desligó de actuaciones pasadas: «Tomamos la decisión ahora y en este contexto. Teníamos dos opciones, cerrar los ojos y darnos contra un muro o rectificar, que es lo que hemos hecho». Además, aseguró que la concesionaria también quería retrasar la inauguración parcial del metro «para que no dañara la imagen de calidad del metro» con un servicio incompleto e inconexo.

Nuevo plazos

Respecto al nuevo plazo para las líneas 1 y 2 –que excluyen el tramo común–, el viceconsejero de Obras Públicas insistió en que no caben más retrasos y confirmó que para febrero de 2013 tendrá que generar actividad de negocio «porque empieza la devolución del crédito al Banco Europeo de Inversiones», que aporta el 48% de los 760 millones que costará esta infraestructura.

Para esa fecha se espera disponer del trazado en V, con el vértice bajo la estación de Renfe, donde se unen las dos líneas. Para ello deben terminar los trabajos que se acometen en las calles Cómpeta, Juan XXIII y La Unión.

No obstante, para 2013 todavía quedaría por terminar el tramo común, que dependerá de los restos arqueológicos encontrados en la avenida de Andalucía y del inicio de las obras en el trazado bajo la Alameda y el Parque.

Reclaman al Ayuntamiento 17 millones de euros (La Opinión)


Obras Públicas pide ahora sta cantidad al Consistorio que inicialmente permitió que destinara a reurbanización

  



MIGUEL FERRARY La llegada del viceconsejero de Obras Públicas, José Salgueiro, a Málaga no sólo ha puesto patas arriba los plazos de ejecución del metro de Málaga. También ha abierto una fisura en las buenas relaciones que mantenía con el Ayuntamiento de Málaga en la ejecución de este proyecto. Salgueiro reiteró ayer su intención de reclamar oficialmente al Consistorio que abone los 17 millones de euros que tiene pendiente para financiar la construcción del metro. Sin embargo, este dinero está destinado a la reurbanización del terreno ganado tras el soterramiento del AVE, tal y como se acordó con la anterior consejera de Obras Públicas, Rosa Aguilar.

Salgueiro justificó este cambio de criterio en que sólo aplica el convenio firmado con el Ayuntamiento de Málaga en 2003, donde éste se compromete en adelantar el 25% de los 175 millones de euros que corresponden a la parte del Estado en la financiación del proyecto. Es más, insistió en que el compromiso verbal y público de la anterior consejera no tiene validez por la falta de un convenio firmado que atestigüe este acuerdo.

Inicialmente el Ayuntamiento llegó a un acuerdo con Rosa Aguilar, cuando era consejera, por el que destinaba la aportación municipal a financiar actuaciones que mejorasen la movilidad de la ciudad, concretándose en la construcción del futuro bulevar sobre los terrenos obtenidos tras soterrar el AVE.

Este acuerdo verbal, que partió del Ayuntamiento, era similar al que firmó la Junta de Andalucía con el Ayuntamiento de Sevilla.

El metro reordena su calendario (La Opinión)


El retraso en la inauguración de los tramos obliga a plantear un nuevo plan de trabajo. La red estará lista en 2016






MIGUEL FERRARY El 11-11-11 buscaba un golpe de efecto publicitario para el metro de Málaga. La puesta en servicio de los primeros trenes en ese momento aspiraba a conseguir un simbolismo que diera un espaldarazo a un proyecto que ha sufrido numerosos retrasos casi desde sus inicios, cuando se planteó su inauguración en febrero de 2009. La realidad ha impuesto sus propios criterios, obligando a esperar a febrero de 2013 y obligando a realizar una nueva programación de actuaciones hasta esa fecha.


La construcción de la línea 2 –bajo la Carretera de Cádiz– está prácticamente terminada, con todas las catenarias y vías instaladas y realizándose ahora los últimos ajustes en las instalaciones. De hecho, está en condiciones de recibir al primer tren en sus vías en pocas semanas, una vez que Endesa empiece a suministrar energía a la red de las catenarias, tras el reciente acuerdo firmado con la concesionaria de la red, Metro Málaga.


El retraso de la inauguración ofrece, de esta forma, un plazo más amplio para realizar las pruebas en vía de los trenes. Hasta el momento se ha recibido una unidad, aunque la factoría de CAF en Linares tiene muy avanzada la construcción de otros siete, que estarían en condiciones de llegar a la ciudad en breve.


Con este material se quieren empezar las pruebas tras las elecciones del 20-N, con idea de no interferir en la campaña. Mientras tanto, se terminarán los últimos retoques de la infraestructura de la Línea 2 y el tramo en superficie de la Línea 1, que en noviembre de este año estará completamente terminada.


De forma paralela, se ha terminado la construcción de las cocheras y los talleres, donde se guardarán los trenes y se sitúa el puesto de control de toda la red, pieza clave para que se puedan realizar las pruebas en las vías.


Resto de la Línea 1

Mientras los primeros trenes empiezan a probar las vías a partir de noviembre, los trabajos continuarán en el resto de la Línea 1. Las previsiones de la Oficina del Metro es que la construcción del túnel entre la Ciudad de la Justicia y la parada bajo la estación de Renfe se termine a lo largo del primer semestre del año próximo. A partir de ese momento se continuará con el montaje de las vías, las catenarias, el sistema de señales y todos los elementos para dar servicio a las estaciones.


El objetivo es que antes de que acabe el año próximo estén los trabajos terminado y puedan empezar las pruebas en ese tramo. No se pueden retrasar mucho más ya que la inauguración para febrero de 2013 no tiene vuelta de hoja si no quieren encontrarse con un grave problema financiero. A partir de ese momento el Banco Europeo de Inversiones (BEI) empieza a hacer efectivo el cobro del crédito de 365 millones de euros aportado a la obra del metro, el 48% del total. Eso obliga a la concesionaria a tener en servicio gran parte de la red y empezar a generar negocio que avale los pagos del crédito.


Tramo común

El proyecto se completa con los 2,9 kilómetros de tramo común a las dos líneas previstas y que llegará hasta La Malagueta. Aquí hay dos tramos diferentes. El primero –Renfe-Guadalmedina– está en obras, muy avanzado en Callejones del Perchel, pero paralizado en su entrada en la avenida de Andalucía por la aparición de importantes restos arqueológicos de la época almohade. La previsión de la Oficina del Metro es que se pueda devolver el uso en superficie a lo largo del verano de 2012.

Eso marcará el inicio de los trabajos en el último tramo, hasta La Malagueta, que no estará terminado antes de 2016.

Málaga se queda sin metro hasta 2013 (SUR)


La Junta retrasa la puesta en servicio prevista para noviembre y argumenta que generaría pérdidas
16.09.2011 - 
JESÚS HINOJOSA jhinojosa@diariosur.es
 
MÁLAGA.

Los malagueños que estaban ansiosos por sacar su primer billete de metro el próximo 11 de noviembre, aunque solo fuera para recorrer la carretera de Cádiz hasta la altura de La Isla, en la calle Héroe de Sostoa, o contemplar desde el tramo del suburbano en superficie las facultades del campus de Teatinos, tendrán que esperar 15 meses más para ver su sueño cumplido. La Junta de Andalucía borró ayer de un plumazo la citada fecha que ella misma se había encargado de marcar en rojo en el calendario de esta importante infraestructura para Málaga. ¿El motivo? Un estudio que, según aseguran, no han tenido hasta hace poco y que augura pérdidas de 12 millones de euros para una apertura parcial de la que únicamente harían uso unos dos mil pasajeros al día.
«Habrá quien lo quiera entender y quien no pero, en estos momentos, no estamos para pasear hierros», afirmó ayer el viceconsejero de Obras Públicas, José Salgueiro, que mantuvo un encuentro con varios medios de comunicación antes de la reunión en la que comunicó al Ayuntamiento los nuevos plazos para la puesta en servicio del metro. Según esa planificación, las líneas 1 y 2 funcionarán a partir de febrero de 2013, como adelantó ayer este periódico en su edición digital, SUR.es. Será entonces cuando esté totalmente lista la conexión de ambos recorridos en el intercambiador del Perchel, junto a las estaciones de autobuses y trenes.
La puesta en funcionamiento de las dos líneas en forma de 'U' hasta la estación de Perchel permitiría contar con una demanda de unos 12 millones de pasajeros al año, lo que sí justifica la entrada en funcionamiento del metro. Salgueiro señaló que no hacerlo de este modo generaría unas pérdidas que tendrían que ser cubiertas mediante nueve millones que tendría que aportar la Junta y tres el Ayuntamiento, en virtud del acuerdo suscrito para la construcción y explotación del metro. «Por eso creemos que es la mejor decisión que podemos tomar para preservar los recursos públicos», insistió el viceconsejero que, no obstante, aseguró que desde finales de este año estará listo todo lo necesario para hacer las primeras pruebas con los seis vagones que ya esperan en la localidad jiennense de Linares ser trasladados a Málaga, donde ya se encuentra otro de los 14 con que contarán las líneas 1 y 2.
El director del Metro, Enrique Salvo, informó, por su parte, de que en los últimos meses de este año se estará en condiciones de reponer en superficie toda la zona de obras que actualmente se mantiene en el entorno de la explanada de la Estación, un lugar en el que han aparecido numerosos restos arqueológicos que también dificultan la continuidad de los tajos por el eje de la calle Callejones del Perchel en dirección a la avenida de Andalucía. De ahí que Salvo no supiera precisar la fecha en la que se pondrá en servicio el tramo hasta la estación Guadalmedina. No obstante, es probable que esto pueda suceder a lo largo de 2013.
Obra en la Alameda
Si no surgen nuevas complicaciones, también sería ese año cuando daría comienzo la obra del tramo de las líneas 1 y 2 que todavía no está contratada, el que discurre por la Alameda Principal y el paseo del Parque hasta la Malagueta, con estación en la plaza de la Marina. La realización de este tramo ha estado sumida en la incertidumbre en los últimos meses después de que la propia Junta apuntara que las actuales dificultades económicas le obligaban a aplazarlo por el momento 'sine die'. Sin embargo, los responsables de la consejería confirmaron que se apuesta por su ejecución mediante la concesión a una empresa privada, cuestión que debería quedar cerrada en la primera mita de 2012 para que los trabajos puedan iniciarse a finales del año próximo.
Lo que todavía no está claro es si esa adjudicación se podrá efectuar directamente a la concesionaria que ya acomete las líneas 1 y 2 o si, por el contrario, habrá que convocar un nuevo concurso público para respetar la libre concurrencia. El viceconsejero reconoció que lo mejor sería que quedara en manos de la concesionaria actual, pero aseguró que obrarán siguiendo estrictamente lo que marca la ley, por lo que no descartan tener que convocar para ello un concurso.
No obstante, recalcó que la obra de las líneas 1 y 2 del metro ya no tiene marcha atrás. «El metro de Málaga es prioritario para el Gobierno andaluz. Esta obra es cabecera y nuestro compromiso es firme», declaró, al tiempo que resaltó que todo va al ritmo previsto y que «no habrá problemas de pago» a las constructoras.
Sin embargo, los responsables de la consejería no mostraron un apoyo tan decidido sobre un proyecto que debería ir aparejado a la obra del metro por la Alameda y el paseo del Parque y sobre el que el alcalde, Francisco de la Torre, y la delegada del Gobierno andaluz, Remedios Martel, se mostraron dispuestos a alcanzar un acuerdo en las reuniones que mantuvieron antes del parón vacacional de agosto. Se trata de aprovechar la obra del suburbano por este eje para peatonalizar la plaza de la Marina, de tal forma que los muelles del puerto con uso ciudadano quedarían unidos con la calle Larios, y para limitar el tráfico en la Alameda, de tal manera que su parte central quede convertida en una rambla.
Pese a que se anunció que en la reunión de ayer se abordaría esta cuestión, los directivos de Obras Públicas fueron claros al apuntar que «todavía no toca hablar de la peatonalización de la Alameda», como manifestó Rafael Blanco, director de la Agencia de la Obra Pública.
Blanco dijo que el tramo entre el Guadalmedina y la Malagueta es una obra valorada en más de 110 millones de euros y que «cualquier otro ajuste será objeto de un acuerdo puntual y distinto que todavía no existe», remarcó.
De este modo, queda por el momento en el aire una actuación que supondría la mayor transformación para el Centro de la ciudad tras la peatonalización de la calle Larios y la plaza de la Constitución. Un cambio que, con todo, está previsto por los responsables del metro como ya adelantó este periódico (ver SUR 14/6/2011), ya que consistiría en mantener los desvíos de tráfico previstos para la ejecución de las obras y que dejarían la Alameda Principal con un solo sentido de circulación hacia el oeste, y llevarían el tráfico en dirección este por el eje de la avenida de Manuel Agustín Heredia.
En cualquier caso se trata de un tramo con un plazo de ejecución de unos tres años, por lo que bajarse del metro en una plaza de la Marina totalmente peatonal, desde la que sería posible andar hacia el puerto, la calle Larios o la Alameda, no será posible al menos hasta el 2016.