lunes, 8 de agosto de 2011

Sin rastro de las 'tecnocasas' (Málaga Hoy)


La Junta sigue sin impulsar el plan de recuperación de los arrabales del centro, firmado con el Ayuntamiento en agosto de 2005 y que contemplaba una inversión de cien millones de euros

SEBASTIÁN SÁNCHEZ / MÁLAGA | ACTUALIZADO 08.08.2011 - 01:00
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Vista del centro histórico de Málaga.


Existe un punto en el que transcurridos los años las palabras que se dijeron suenan ya a ficción; en el que los compromisos escritos se difuminan ante los ojos de la memoria. Es lo que suele ocurrir con aquellos anuncios altisonantes que prometieron inversiones millonarias pero que siguen anclados en el escenario de la promesa eterna. Dijo Francisco de Quevedo: "Nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir", una sentencia de perfecta aplicación para tantas y tantas ideas dibujadas por las administraciones públicas pero que no se hicieron obra.

Seis años hace ahora de que los máximos representantes del Ayuntamiento de Málaga y de la Consejería de Obras Públicas de la Junta de Andalucía, Francisco de la Torre y Concepción Gutiérrez, respectivamente, se sentaron a la misma mesa para rubricar el que, por aquel entonces, era un ambicioso plan para rehabilitar los arrabales del centro histórico de la capital de la Costa del Sol. La iniciativa, en la que el Gobierno andaluz se comprometía a invertir cien millones de euros, y el Consistorio a facilitar las expropiaciones de inmuebles y fincas necesarias, buscaba además trasladar al casco antiguo el modelo productivo del Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) mediante la construcción de varios cientos de viviendas de protección oficial en régimen de alquiler destinadas a jóvenes profesionales. Eran lo que se dio en denominar como tecnocasas: pisos proyectados para que sus ocupantes pudiesen reunir en un mismo espacio lugar de residencia y trabajo.

De estas tecnocasas hoy no hay señal alguna. No hay obra, no hay edificio que permita identificar el plan de los arrabales, sólo planos. La delegada del Gobierno andaluz en la provincia, Remedios Martel, informó días atrás de que la intención de la Administración regional es licitar la primera promoción, con 104 unidades y que estará localizada en la calle Lagunillas, a finales de año, anuncio, que en cualquier caso, se viene repitiendo en los últimos ejercicios.

Pero la iniciativa autonómica, en origen, era mucho más que la construcción de un centenar de pisos a precio asequible. El programa, diseñado por el arquitecto Salvador Moreno Peralta, pretendía ser, ante todo, una herramienta para revitalizar una parte del corazón urbano marcado por el abandono. Y para ello, apostaba de forma decidida por la ejecución de una serie de equipamientos sociales y culturales que diesen vida al entorno. La Escuela de Español para Extranjeros; la instalación de la Facultad de Bellas Artes en el Instituto Gaona y el traslado del centro educativo a las instalaciones de Cofarán (donde recientemente el Ayuntamiento ha inaugurado una escuela taller), o el Centro Andaluz de Apoyo al Diseño Industrial en el antiguo garaje de Las Delicias eran algunas de las pinceladas.

El delegado provincial de Obras Públicas en Málaga, Enrique Benítez, es claro al responder cuando se le pregunta por el retraso del proyecto: "Asumimos como propios dos de los seis años de demora; los otros cuatro son responsabilidad del Ayuntamiento, que estuvo boicoteando el tema de las expropiaciones durante años". Al Consistorio le correspondía facilitar la puesta a disposición de la Junta de los terrenos necesarios, algo que se alargó en el tiempo mucho más de lo esperado. Incluso, tras la demanda de muchos de los propietarios afectados, la Gerencia de Urbanismo medió ante la Junta para que dejase fuera del proceso de enajenación a buena parte de las fincas inicialmente seleccionadas.

Sea como fuere, lo que aspiraba a ser un plan modélico de intervención sobre una zona degradada y necesitada de revitalización se ha convertido, a día de hoy, en un simple proyecto de construcción de 104 viviendas de promoción oficial en régimen de alquiler. Quizá aquellos mismos que prometieron la recuperación de los arrabales y los que los han continuado en la tarea deberían asumir como propia la frase de Napoleón Bonaparte: "La mejor forma de cumplir con la palabra empeñada es no darla jamás".

Arquitectos, contra las bases del concurso del Guadalmedina (La Opinión)

El presidente del Colegio de Arquitectos, Antonio Vargas, dice que parece «una convocatoria restringida»


Antonio Vargas en la sede colegial de los arquitectos.
Antonio Vargas en la sede colegial de los arquitectos. La Opinión

EUROPA PRESS El Colegio Oficial de Arquitectos de Málaga se ha mostrado «entre decepcionado e indignado» con las bases para el concurso de ideas sobre la integración urbana del río Guadalmedina ya que, a su juicio, «parece un pliego para hacer una convocatoria restringida sin que parezca eso, que políticamente no sería correcto».

Así lo expresó el decano de los arquitectos malagueños, Antonio Vargas, para quien el pliego de bases aprobado por el Patronato de la Fundación Ciedes «es un refrito raro». «Al principio hubo quien habló de hacer un concurso restringido de ideas para dar una solución hidráulica y urbanística a la integración urbana del río Guadalmedina –el propio alcalde de Málaga, Francisco de la Torre– y parece que, finalmente, es lo que se ha hecho», lamentó.

En este punto, Vargas advirtió de que «el primer requisito de un concurso de ideas es que sea anónimo para que la valoración que se haga sea objetiva». De hecho, reconoció no entender que «de forma bien visible, haya que poner en el exterior del sobre el nombre del director del equipo, cuando lo normal en este tipo de procedimientos es valorar la idea y luego ver de quién es».

También rechazó el requisito de que cada candidatura cuente en el equipo con un director que tenga una experiencia profesional reconocida de al menos 15 años. «A un concurso se va a ver la idea, qué más da el tiempo que se lleve trabajando», apostilló, considerando que este hecho es «la catetada de tú quién eres». «Qué sentido tiene que en un concurso de ideas se valore la carrera profesional del que hace la propuesta; el objetivo es valorar la idea concreta, salvo que lo que convoques realmente sea un concurso restringido», abundó el representante de los arquitectos en la provincia de Málaga.

Vargas subrayó el hecho de que no todos los miembros del jurado encargado de elegir la propuesta ganadora deban tener la misma titulación que se exige a los concursantes, sino sólo un tercio. Según Vargas, «deberían contar con la cualificación adecuada para tener la capacidad de determinar si algo es viable o no». El decano del Colegio de Arquitectos de Málaga apuntó que en la valoración de las propuestas se da «una importancia primordial» a la solución hidráulica cuando, en su opinión, «el problema del río Guadalmedina es urbano, aunque tenga que pasar por una medida hidráulica». En este sentido, Vargas incidió en que «las soluciones hidráulicas ya las sabemos y se optará por una u otra en función de lo que se quiera hacer en la ciudad y de lo que se esté dispuesto a gastar.

Por ello, opinó que «al final lo que se está planteando es un concurso fundamentalmente de ingeniería, dejando muy diluido lo que ha hecho que se convoque, es decir, el problema de la trama urbana».

El decano de los arquitectos critica las bases del concurso para el Guadalmedina (SUR)

El Colegio Oficial de Arquitectos de Málaga se ha mostrado «entre decepcionado e indignado» con las bases para el concurso de ideas sobre la integración urbana del río Guadalmedina, ya que, a su juicio, «parece un pliego para hacer una convocatoria restringida sin que parezca eso, que políticamente no sería correcto». Así lo ha expresado el decano de los arquitectos malagueños, Antonio Vargas, para quien el pliego de bases aprobado por el Patronato de la Fundación Ciedes «es un refrito raro».
Vargas ha reconocido no entender que, «de forma bien visible, haya que poner en el exterior del sobre el nombre del director del equipo, cuando lo normal en este tipo de procedimientos es valorar la idea y luego ver de quién es». También ha rechazado el requisito de que cada equipo cuente con un director que tenga una experiencia profesional reconocida de al menos 15 años. «A un concurso se va a ver la idea, qué más da el tiempo que se lleve trabajando», ha apostillado. Asimismo, ha subrayado el hecho de que no todos los miembros del jurado encargado de elegir la propuesta ganadora deban tener la misma titulación que se exige a los concursantes, sino solo un tercio.