domingo, 20 de febrero de 2011

MIJAS. La segunda desaladora de la Costa, bloqueada hasta que Mijas ceda los terrenos. (SUR)

Acuamed asegura que los trabajos comenzarán en cuanto dispongan del suelo, trámite que el Ayuntamiento espera solventar en dos meses

20.02.11 - 01:42 -

MALAGA. El metro saca a la luz la historia. (LAOPINION)

Las excavaciones realizadas a lo largo de la línea 1 del metro han descubierto importante hallazgos.

La construcción del metro ha abierto un importante número de calles de las que apenas se tenían vagas referencias sobre los posibles yacimientos arqueológicos existentes.
La construcción del metro ha abierto un importante número de calles de las que apenas se tenían vagas referencias sobre los posibles yacimientos arqueológicos existentes. L.O.

MIGUEL FERRARY. MÁLAGA
La vida está llena de paradojas, como que el sistema de transporte más moderno sirva para descubrir el pasado de la ciudad. La oportunidad que ha supuesto la construcción del metro para hacer excavaciones arqueológicas está siendo bien aprovechada, con cinco grandes yacimientos localizados hasta ahora y numerosos elementos salpicados a lo largo del trazado del túnel de la línea 1.
Talleres de Arqueología es la empresa encargada de sacar a la luz esos trozos de historia de los que apenas se tenían algunos retazos. Callejones del Perchel, la Explanada de la Estación, la calle Poeta Muñoz Rojas, Santa Marta y La Unión conforman estos cinco puntos de este recorrido histórico que ha puesto sobre la mesa el importante pasado comercial e industrial de la ciudad.

Entre las principales conclusiones que han aportado estos descubrimientos está la importancia de la Cruz del Humilladero y del Perchel como zona fabril, donde se concentraban desde la época romana, y continuada todavía en la época nazarí, la producción de vasijas y recipientes de barro. Curiosamente, es una zona donde se instalarán las industrias malagueñas en el siglo XIX.

Este desarrollo nació a la sombra de la principal entrada comercial a la ciudad desde el Valle del Guadalhorce y acceso natural por tierra a Málaga. La calle La Unión era ya en la época romana, sobre el siglo I a. C., una zona de producción de vasijas para almacenar y transportar el preciado garum, que se fabricaba dentro de la ciudad.

Con el tiempo, la actividad de los hornos de alfarería se desplazó más cerca de la ciudad. El entorno de la estación María Zambrano se ha revelado con una importante concentración de hornos de la época nazarí (siglo XIII), mientras que en la calle Santa Marta, algo más alejada, había una necrópolis de la misma época.
El camino de entrada a Málaga se mantiene por la misma vía con el paso de los siglos, aunque cambia la configuración del extrarradio. Hay más viviendas con pequeñas huertas en de la época nazarí, situadas en la parte sur.

Conforme el metro se acerca al centro ha ido descubriendo más aspectos, como los restos bajo Callejones del Perchel. La muralla defensiva, con una torre octogonal, es uno de los elementos más valiosos localizados hasta ahora. Por allí se entraba a la ciudad y continuaba un camino que iba directo al mercado y pasaba por el Guadalmedina a la altura del Centro de Arte Contemporáneo. La configuración actual de la calle, en cambio, es fruto del siglo XIX, en el que se cambió el sentido de la antigua vía para adaptarla al reparto de terrenos para instalar la siderurgia de La Asunción.

El Perchel, pese a ser una zona casi en el extrarradio, tenía un alto grado de desarrollo urbano en la época árabe, con un ingenioso sistema de alcantarillado que conectaba las viviendas con una canalización central bajo la calle.

Previsión

La continuación de la línea 1 hasta La Malagueta hace previsible que se encuentren más restos. Los primeros que se esperan será junto al aparcamiento de la avenida de Andalucía, donde ya se encontraron restos árabes y romanos durante su construcción. Además, la parte norte de la Alameda, por donde irá el túnel del metro, era el límite del puerto histórico, y se pasará bajo la plaza de la Marina, con restos nazaríes y cristianos.

Cultura protege los restos en Callejones

La Consejería de Cultura ha protegido los restos encontrados bajo Callejones del Perchel, que forman parte del sistema defensivo de Málaga en el siglo XIII con una muralla y una torre octogonal. Estos restos son los únicos que, por ahora, han sido valorados por su importancia intrínseca, por lo que la Junta de Andalucía los ha declarado Bien de Interés Cultural (BIC). El resto de los yacimientos, pese a ser importantes, no tenían suficiente valor patrimonial. La declaración de BIC también ha obligado a la Oficina del Metro a alterar el plan de obra previsto para el tramo entre la estación de Renfe y el Guadalmedina, ya que se tiene que respetar este yacimiento. Así, en vez de desmontar los elementos durante la obra para volverlos a colocar en su lugar original tras la construcción del túnel, se ha optado por otro sistema constructivo. La galería se hará mediante el sistema en mina, que lleva a los operarios a excavar directamente bajo los restos. M. Ferrary Málaga

Diego José Vera Jurado «Es el momento de que los municipios pierdan poderes en urbanismo». (LAOPINION)

El jurista apuesta por un ajuste de competencias que derive en el retorno al Estado de las potestades urbanísticas.

Diego Vera instantes después de la entrevista mantenida en su despacho de la Universidad de Málaga.
Diego Vera instantes después de la entrevista mantenida en su despacho de la Universidad de Málaga. Arciniega

LUCAS MARTÍN. MÁLAGA Su despacho mira a uno de los patios interiores de la Facultad de Derecho, pero bien podría hacerlo a un montículo imposible, rodeado de verde y de manuales jurídicos. Diego Vera, profesor titular de la Universidad de Málaga, dirige la junta rectora de los Montes de Málaga, que recientemente ha propuesto la ampliación del parque. Un proyecto que le entusiasma, pero que no nace de una querencia puntual, sino de una visión que tiene muy en cuenta la protección del medio ambiente. Asegura que a Málaga le urge definir su modelo de crecimiento.

Siempre se ha dicho que Málaga vive de espaldas al mar. ¿También se desentiende del monte?
Sin duda y es bastante paradójico porque sin la montaña y, en concreto, sin los Montes de Málaga no se entendería el pasado ni el futuro de la ciudad, su historia, su música, sus costumbres. Muchos malagueños ignoran la riqueza del paraje, sus restos de arquitectura mozárabe, sus perspectivas. Está claro que a nivel de biodiversidad no es Doñana, pero reúne unas características que lo hacen único en Andalucía. Es un privilegio tener un espacio de este tipo a apenas unos kilómetros de una ciudad de 600.000 habitantes, con una conurbación en la que viven 1,5 millones de personas. Su historia es diferente.

¿Es por eso que quieren ampliarlo? El proyecto multiplica la extensión del parque...
La propuesta que hemos presentado, y que tiene que ser estudiada por la Junta, plantea pasar de las 5.000 hectáreas actuales a 33.000. Dicho así puede parecer exagerado, pero tiene su justificación. La extensión en la que se prolongaría el parque no incluye ni un solo metro que no esté ya protegido por los planes territoriales. Sería cuestión de añadir espacios en los que no se puede construir, terrenos que comprenden los viejos partidos de verdiales. La razón es que el agrupamiento en parque implica algo que va más allá de la mera protección. Supondrían contar con la gestión y la puesta en valor del paraje en su totalidad, de una manera coordinada.

¿Qué beneficios comportaría para la ciudad? ¿Se puede hablar, incluso, de rendimiento económico?
Por supuesto. Una buena gestión convertiría al parque en un lugar de ocio fundamental y en un reclamo turístico acorde con la renovación del sector, que cada vez se interesa más por lo segmentos complementarios al sol y la playa. Además, influiría en la ordenación urbanística positivamente.

Después de las inundaciones de 1989 se pensó en los Montes de Málaga y en la reforestación como estrategia fundamental para contener las inundaciones. ¿Qué ha pasado con el proyecto?
La verdad es que desconozco por qué no se llevó a cabo, aunque, en cualquier caso, creo que estas cuestiones merecen un cambio de perspectiva y una respuesta más global y estructural. Me consta que la Junta tiene sensibilidad al respecto, pero no se debe tratar de acciones y expropiaciones puntuales, sino de una política y un modelo que entienda el parque natural en su acepción de ordenación territorial, conservación de la historia e impulso económico.

¿Cree que existen armas legislativas suficientes para perseguir los delitos urbanísticos o habría que endurecer la ley?
Seguramente habría que ajustar más, pero no creo que ese sea el problema. A nivel legislativo, contamos con recursos de sobra para impedir que ocurra lo que ha ocurrido. Los déficits está en otros ámbitos, en los usos habituales de los ciudadanos y en la disciplina de la administración. De nada sirve, por ejemplo, tener una gran norma de inspección y no disponer de inspectores suficientes. Es un asunto, en gran medida, de voluntad política. Aunque creo que todo ha cambiado después de la gran catarsis de Marbella.

¿A qué se refiere con lo de los usos ciudadanos? ¿Las leyes no protegen a los espacios de los excesos particulares?
Insisto que hay un nivel aceptable de protección legislativa, tanto por la vía urbanística como ambiental. La asignatura pendiente está en la gestión y en la educación en la materia. Es difícil regular el comportamiento ciudadano. Hay pérdidas ya irrecuperables, pero otras se pueden subsanar con cambios que implican a todos. No se pueden mantener los niveles actuales de consumo ni persistir en el problema de movilidad que sufre la ciudad. Veremos qué pasa y qué resuelve la ley de economía sostenible, pero está claro que esto ya no es la demanda de una minoría, sino la visón que informa a medio y largo plazo la política de instituciones como la Unión Europa.

No sé si le dejo fuera de juego si le pregunto por el Guadalmedina...
Me temo que es un tema más técnico que jurídico, pero creo que, aún así, habría que empezar por observar la definición de un río, que es un concepto más complejo de lo que se presume y que no se limita al agua que fluye. Junto a mis compañeros de Geografía me inclino a pensar que va más allá de eso, que se está hablando, en términos jurídicos, del dominio público hidráulico. Me parece que antes de embovedar, habría que tener en cuenta otras opciones enfocadas a la integración del río en la ciudad, de la manera menos artificial posible. El río sigue ahí.

¿Qué me dice de los proyectos previstos para Arraijanal y los terrenos del Campamento Benítez?
La respuesta a Arraijanal que le da el plan territorial se interesa por proteger una de las escasas franjas libres del litoral, en la que influyen elementos históricos a preservar. Ahora bien, antes de plantear este tipo de proyectos, se necesita responder a una pregunta acuciante, definir el modelo de ciudad. Se debe estudiar si las propuestas encajan con las características de la zona, con su densidad de población y su nivel de tráfico. En definitiva, decidir por una vez cómo se quiere crecer y por dónde. En los últimos tiempos, Málaga ha apostado por un modelo de ciudad grande y eso ha generado una huella ecológica que no sólo afecta al entorno, sino también a la calidad de vida de los ciudadanos. El problema es que los ayuntamientos son a menudo cautivos de la financiación que les reporta el urbanismo. En algún momento habría que retomar la financiación municipal, los gobiernos locales no pueden depender de eso.

¿Plantea un cambio de competencias? ¿En qué sentido?
Quizá los ayuntamientos deberían contar con otro tipo de ingresos. Está claro que este país precisa un ajuste de competencias, tanto a nivel local como en su relación con las comunidades autónomas. Los municipios deben perder potestad urbanística y ganarla el Estado. En Europa quedan ya muy pocos sitios en los que los municipios cuenten con tantas competencias urbanísticas, incluido estados de organización territorial tan compleja como Alemania. Es un tema muy importante porque España tiene alrededor de 8.000 municipios y no puede haber 8.000 modelos diferentes. Es el momento de plantearlo.

¿Qué opinión le merece el conflicto suscitado por la aplicación de la ley de Costas? Me refiero, sobre todo, a la polémica con los chiringuitos...
Para esto mantengo un punto de vista de jurista clásico. Me parece que el derecho nunca debe ser estridente ni administrar medidas desproporcionadas, que ha de responder a los diferentes intereses que se dan cita en un conflicto. Eso sí, lo que no me parece admisible es crear una ley y justo después buscar las vías para evitar aplicarla. Si no gusta la norma, lo que se debería hacer es cambiarla, pero no aprobarla y luego eludir su sanción porque eso crea inseguridad jurídica.

¿Está todo perdido en el litoral de Málaga?
Evidentemente hay elementos de la fachada litoral que son difíciles de recuperar en todo su significado. Siempre se habla de la Costa del Sol occidental, pero habría que atender también a algunas fórmulas de crecimiento de la Axarquía, más difíciles de controlar y muy problemáticas. La Costa del Sol creció como una mancha de aceite, lo que permitió dejar libre algunos extremos, mientras que la zona oriental mantuvo un crecimiento más disperso, con propietarios que vendían pequeños terrenos, aislados. Eso supone un gran coste energético y, en muchos casos, una vulneración de la ley.

¿Se han cometido más delitos urbanísticos en esa zona que en en la parte occidental?
Lo primero que hay que distinguir es el concepto. Una cosa son los delitos urbanísticos y otra la corrupción municipal amparada en el urbanismo. Quizá en Marbella hubo más de esto último. A nivel paisajístico se pueden encontrar situaciones que parezcan visualmente aberrantes y que, sin embargo, cumplan la ley y a la inversa.

En corto

«Hasta hace poco preservar la naturaleza era entendido como un freno a la economía»

La provincia acumula décadas de desarrollo poco sostenible. ¿Por dónde habría que empezar a corregir?
Málaga presenta aspectos francamente mejorables, pero no creo que a nivel legislativo el problema sea mayor que el de otras ciudades. La provincia cuenta con tres planes territoriales y normativas de protección de los espacios. Eso sí, padece otro tipo de dificultades como la movilidad, que espero que se resuelva con las nuevas infraestructuras. El más acusado, sin embargo, es la preservación del litoral y la erosión del suelo. Son cuestiones que se deben resolver con la previsión de un modelo turístico y de crecimiento adecuado. Por fortuna, parece que se avanza en esa línea, sobre todo, con los nuevos planes.

La preocupación por el medio ambiente forma parte de la agenda de los políticos. ¿Hasta qué punto hay implicación real?
En ese aspecto se ha avanzado bastante. Hay una conciencia moderna y una generación que no ha tenido que ponerse al día con esta sensibilidad, sino que le es innata. Se ha perdido afortunadamente la visión, a menudo también de los políticos, de que la protección del medio ambiente suponía un freno al desarrollo económico. Hoy, y así lo indican entre otros la Unión Europea, se entiende todo lo contrario, es decir, que se trata de una fuente de riqueza y de un modelo que tiene que ver con la supervivencia. Los tribunales también lo tienen en cuenta como un bien a proteger.

Una curiosidad, ¿es cierto que asesora legalmente a la promotora que impulsa la construcción del hotel de Moneo en Málaga?
No, yo no me dedico al derecho privado. Simplemente elaboré un informe acerca de que administración le correspondía la competencia de decidir al respecto de la altura del edificio. Ya que me lo pregunta, está claro que la arquitectura también es sostenibilidad y que los arquitectos están muy concienciados. Todo proyecto tiene costes y beneficios y este no es una excepción. Lo prioritario, a nivel urbanístico, sería recuperar espacios como la judería, de manera global.

MALAGA. Hornos de alfarería árabe y lápices de ojos. (LAOPINION)

El entorno de la estación de Renfe es una de las zonas con más densidad de restos de la época nazarí.

MIGUEL FERRARY. MÁLAGA El intenso trabajo arqueológico desarrollado a lo largo de la construcción del metro ha dado con zonas de la ciudad donde se han sacado a la luz trozos de la historia de la ciudad y no pocas curiosidades.

Una de las más llamativas se localizó en las almunias –viviendas árabes– situadas en la calle Poeta Muñoz Rojas y Eguiluz. En este entorno convivía una parte importante de la industria alfarera de la ciudad con residencias con pequeñas zonas de cultivos. La distribución urbana era curiosa, ya que la alfarería estaba en los márgenes del camino de entrada a la ciudad que atravesaba las actuales calles de La Unión, Eguiluz, plaza de la Solidaridad y Callejones del Perchel.

Las viviendas o almunias de la época nazarí (siglos XIII al XV) con sus pequeñas huertas, en cambio, estaban en la parte sur del camino y tras los hornos, muy cerca de la antigua línea de costa, que se perfilaba a la altura de la actual Héroe de Sostoa. Las excavaciones realizadas en la zona han sacado a la luz algunos elementos de la vida diaria de los malagueños, en concreto de las mujeres, con un buen número de lápices para pintar los ojos. Curiosamente, son idénticos a los que se utilizan en la actualidad en muchas zonas del Magreb, que mantienen esta tradición.

Justo al lado de estas almunias había una floreciente industria alfarera, como se aprecia por los hornos encontrados junto a la Explanada de la Estación.

Estos elementos se encontraron en bastante buen estado cuando los arqueólogos iniciaron las excavaciones. La primera sorpresa llegó al localizarlos muy cerca de la superficie, ya que lo habitual es que no haya vestigios hasta los 3 ó 4 metros de profundidad, mientras que en esta zona se localizaron a cerca de los 2 metros.

La amplia zona sobre la que se actuó permitió sacar a la luz un importante complejo de hornos de alfarería, con multitud de piezas de vasijas rotas a su alrededor.

Una vez que se limpió la zona, se pudo descubrir que los hornos eran fácilmente identificables y, salvo algunos problemas puntuales por canalizaciones modernas que los atravesaban, tenían buen aspecto.
Otra sorpresa para los arqueólogos fue encontrar una torre de base octogonal en Callejones del Perchel, que defendía la entrada a la ciudad por esa parte y que está acompañada de una muralla de la que sí se tenían referencias de su existencia, pero no de su importancia. Tras ella, comienzan las viviendas con un completo sistema de alcantarillado.

MALAGA. Los secretos del palacio fortaleza. (LAOPINION)

La responsable del patrimonio artístico municipal Fanny de Carranza acaba de publicar un completo libro sobre la Alcazaba.

La arqueóloga y responsable del Patrimonio municipal, Fanny de Carranza, con su libro Alcazaba de Málaga.
La arqueóloga y responsable del Patrimonio municipal, Fanny de Carranza, con su libro Alcazaba de Málaga. Carlos Criado
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ALFONSO VÁZQUEZ. MÁLAGA Hay serias dudas de que los gobernadores, reyes y alcaides que a lo largo de los siglos ha tenido la Alcazaba conocieran este palacio fortaleza tan a fondo como la arqueóloga Fanny de Carranza. Tan sólo don Juan Temboury, el salvador de este monumento, y el historiador Leopoldo Torres Balbás, tendrían un caudal de conocimientos parecido.

La responsable del Patrimonio Municipal lleva desde 1978 trabajando, literalmente, en la Alcazaba, pues su despacho se encuentra desde entonces en una de las torres del recinto. La pasada semana, el alcalde Francisco de la Torre presentó su libro Alcazaba de Málaga, editado por Esirtu, una obra en la que se repasa la historia de Málaga, con la Alcazaba como telón de fondo, y en una segunda parte se realiza una visita explicada al monumento. El libro cuenta además con un glosario. «Está escrito en plan coloquial, no es un libro científico sino más divulgativo, aunque incluye los últimos descubrimientos arqueológicos», cuenta la autora.

La visita expuesta en el libro es una oportunidad única para comprobar que, en general, los malagueños conocemos pocas cosas de la Alcazaba, un palacio fortaleza que todavía está repleto de sorpresas. Algunas de ellas, por cierto, no son visibles al público y pueden verse en este libro. En este reportaje también es posible visitar con la autora los rincones no abiertos, gracias a que controla las más de 130 llaves necesarias para moverse sin problemas por la Alcazaba.

Para empezar, su sistema defensivo es único, el mejor de las alcazabas de su época. «El de Almería tiene tres recintos, uno detrás de otro, la alcazaba de la Alhambra está al final, como la proa de un buque pero la de Málaga tiene tres recintos, uno dentro de otro», explica.

Esta disposición permite que los adarves, los caminos sobre las murallas por las que patrullaban los centinelas, permitan recorrer toda la Alcazaba por sus diferentes sistemas defensivos: las fortificaciones de ingreso, el recinto inferior y el superior, que ya rodea el palacio, accesible sólo por un estrecho adarve o una puerta doble.

En el espacio entre estos dos recintos defensivos, cerrado al público, se encuentra un camino con una preciosa pradera, llena de flores incluso en febrero. Aquí pueden verse las dos mazmorras para prisioneros, con forma de embudo invertido bajo tierra.

La hierba verde y sin cortar, cuenta Fanny de Carranza, es la salvaguarda para los numerosos erizos y camaleones que hay en la zona. «Aquí se mantiene el carácter natural y cuando la pradera empieza a ponerse seca la cortamos». Además pueden encontrarse algunas serpientes, lechuzas y ardillas.
En esta misma zona, con un fastuoso adarve con vistas inigualables al Teatro Romano, se encuentra el pozo Airón, un venero natural de 40 metros de profundidad.

Por este recinto intermedio también se llega a la torre del Homenaje, que desde época árabe cuenta con una imponente puerta con arco tapiada: «El gobernante de la fortaleza tenía que tener una escapatoria sin atravesar la ciudad», señala la arqueóloga. Cuando en época nazarí las técnicas de artillería avanzan y se hace necesario construir un lugar más alto (Gibralfaro), al quedar cerrada esta parte de la Alcazaba la puerta perdió todo su sentido y fue macizada.

El interior de la Torre del Cristo es otro lugar no incluido en las visitas turísticas. La Puerta del Cristo era la entrada al barrio que fueron formando los malagueños tras el terremoto de 1680 y un feroz bombardeo francés, cuando el alcaide, a partir de 1700, decide abandonar la parte alta de la Alcazaba y trasladarse a una construcción en la parte baja que llegaría a tener cinco pisos. A partir de esa fecha, se fue poblando de viviendas.

Resulta difícil imaginar cómo era la fortaleza a comienzos del XVIII, con la imponente mansión del alcaide y los terrenos de la futura Aduana convertidos en huertas (el haza), como casi toda esa ladera de la fortaleza. La propia Torre del Cristo terminó siendo copada por vecinos, como puede verse en una foto del archivo Temboury.

El nombre de la Torre y la Puerta se debe a un Cristo que ocupaba una hornacina conocido como el Cristo de los tres huevos, por los tres huevos de avestruz que le acompañaban, símbolo de la creación. Estaba acompañada esta imagen por un retablo que hoy ha vuelto a su lugar de origen: Archidona.


Una estrecha escalera lleva a la Torre del Cristo, junto a la que pasa el adarve del centinela, que no necesita entrar en esta fortificación. En el interior espera una habitación con baldosas hidráulicas que albergó la Escuela Taller de la Alcazaba y en la terraza, dos gaviotas que arman un escándalo cuando ven interrumpido su descanso, con vistas privilegiadas al Parque y la Bahía de Málaga.

Enfrente queda el recinto palaciego con recias murallas y debajo de la torre, el patio de armas, hoy un descanso de acequias y verdor para los cerca de 300.000 visitantes anuales de la Alcazaba. En los tiempos en los que todavía era un barrio de Málaga, el patio de armas llevó el nombre de la plaza de San Gabriel. Por un antiguo portillo, unido por escaleras de alguna edificación romana, el alcaide, que ya vivía en la parte baja, tenía acceso al patio de armas. Las escaleras y el hueco de acceso se conservan todavía. También pueden encontrarse en la Alcazaba dos silos (confundidos por muchos visitantes con las mazmorras), y restos de piletas romanas que entroncaban, ladera abajo, con las localizadas en el Rectorado.

Los siglos se despliegan con precisión en este palacio fortaleza que esconde muchos más tesoros y curiosidades de las que pensamos, por vez primera en un libro divulgativo realizado por quien es en nuestros días la mejor conocedora de la Alcazaba.

Rincones y piezas de la Alcazaba

La veleta
Rescatada del fuego
Don Juan Temboury rescató de las quemas del año 31 esta preciosa veleta, que coronaba, posiblemente, o la iglesia de la Merced o la iglesia de la Paz, las dos en la plaza de la Merced y ya desaparecidas. La intención del Ayuntamiento es restaurarla e instalarla en algún lugar visible.

La Virgen del Chasco
Imagen conventual
También fue obra de don Juan Temboury la recuperación de esta imagen, dañada durante la Guerra Civil y que perteneció a un convento de Málaga. El propio restaurador la llamó la Virgen del Chasco porque cuando la gente se agacha a verla descubre que la obra no tiene cabeza.

Letrinas
Un alivio de hace diez siglos
Lo sorprendente no es encontrar en el barrio castrense de la Alcazaba letrinas sino que las atarjeas o tuberías funcionen como hace diez siglos. De hecho, si se vierte agua por este agujero, pasa por la zona de los baños y termina siendo conducida fuera de la fortaleza.

La casa del alcaide
El camino del pasado
Las escaleras romanas reaprovechadas conducían desde la mansión del alcaide, instalado en esta zona de la Alcazaba a comienzos del siglo XVIII, hasta el patio de armas a través de un portillón. Desaparecida la casa, el camino ha quedado desvelado para los visitantes.

MALAGA. "No se puede hablar de arquitectura de Málaga; sí de su gran heterogeneidad". (MALAGAHOY)

Boned acaba de editar un libro sobre la modernidad en la capital de la Costa del Sol, en el que reúne las experiencias y trabajos de 16 destacados profesionales como Moreno Peralta, Seguí, Gavilanes o Peñalosa

SEBASTIÁN SÁNCHEZ / MÁLAGA | ACTUALIZADO 20.02.2011 - 01:00
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Javier Boned, en su estudio.

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Un libro con el que abrir los ojos a una arquitectura escondida, casi desapercibida por la mayoría de los vecinos que la disfrutan a diario, y con la que la modernidad queda reflejada en Málaga capital. Javier Boned se nutre de las voces de 16 profesionales de la arquitectura vinculados a la capital de la Costa del Sol para dar testimonio de la evolución constante de la urbe. Del tristemente fallecido Francisco Peñalosa, de Ángel Asenjo, de Juan Gavilanes, de Luis Machuca... De todos ellos y más trata El Oficio de la Arquitectura Moderna, 1968-2010.

-Dice que le costó sudor y lágrimas hacer este libro...

-Ha sido una aventura larga. Un trabajo de casi tres años en los que entrevisté a los arquitectos que forman parte de la obra y que en principio surgió como meras entrevistas pero que poco a poco se ha ido haciendo un libro de arquitectura serio, con gente consagrada. Al final es el primer libro que abre un cierto estudio serio de la arquitectura de Málaga.

-¿Por qué elige la época desde 1968 hasta 2010?

-La primera generación de arquitectos importantes que se estudia en el libro es la que surgió del boom del turismo. Hay que surgir de algún sitio para hablar de modernidad, porque hablar de modernidad en Málaga es complicado. No hay un movimiento moderno arquitectónico de principios de siglo importante. Las primeras manifestaciones de lo que se entiende como modernidad es a partir del turismo.

-¿Y por qué 16 arquitectos y no 22?

-Eso es algo aleatorio. Busqué elementos paradigmáticos, que cada uno simbolizase un estilo y una forma de hacer. Y porque no se puede entrevistar a los 500 o 100 arquitectos más interesantes. Es un libro que tampoco pretende hacer historia, sino mostrar cómo ha evolucionado una ciudad como Málaga a través de algunos ejemplos. Este libro debería suponer un inicio para que se hagan estudios sobre la arquitectura de Málaga, que se asuma que está muy bien y que hay que estudiarla.

-En su calidad de autor del libro y profesor de la Escuela de la Arquitectura de Málaga, ¿se puede hablar de una arquitectura con marca Málaga?

-Creo que no. Y cuando digo no, no es ni bueno ni malo. ¿Hay un estilo malagueño? Creo que no. Lo que el libro pone en el tapete es la gran heterogeneidad que hay en Málaga. Eso no significa que no haya calidad desde el concepto de modernidad, que engloba muchos tipos de arquitectura. Si buscas familias homogéneas puede que en Málaga lo tengas difícil, pero sí hay reflejos de cómo la modernidad ha influido a través de elementos sueltos, pero que están por desvelar. La arquitectura moderna está por desvelar en Málaga, es difícil que sea obvia, como ocurre con la del siglo XIX. Hay un pulso individual del arquitecto en la ciudad, un pulso dramático, personajes que tratan de hacer valer su arquitectura sobre un contexto difícil, muy poco arquitectónico.

-¿La gente es capaz de ver esa arquitectura?

-Málaga es una ciudad caótica, una especie de collage, heterogénea... Uno de los motivos de este libro es que empecemos a mirar la ciudad de otra manera, que no se nos pasen desapercibidas ciertas cosas. Hay un edificio que me emociona, que es el edificio Vértice, en la calle Hilera, que da otro cambio, otra forma de entender la arquitectura. Málaga siempre ha sido reflejo de tendencias, lo que pasa es que están sueltas; si estuviesen juntas sería Viena o Londres, pero eso hay que descubrirlo. Hay que transmitir a la gente que hay buena arquitectura en Málaga. En los siguientes diez años, a pesar de la crisis, vamos a notar un aumento de calidad bárbara en la arquitectura.

-Alude usted al 'boom' turístico. ¿Qué marcas ha dejado para bien y para mal en Málaga?

-Me atrevería a decir que más positivas que negativas. Es una de las cosas que habría que empezar a extirpar de la ciudad. La especulación siempre ha existido pero dónde no ha existido. El turismo ha generado un tipo de vida fantástico, ahora no es el de hace 30 años, sino residencial, que pasa más tiempo, son ciudadanos. Hay ejemplos magníficos de arquitectura dentro del turismo y la Málaga de los 60 y 70 creció con esas expectativas. Un ejemplo es la Avenida de Andalucía, gran eje hacia la Costa del Sol, donde hay ejemplos de arquitectura fantásticos. No diría que la arquitectura del turismo haya sido negativa, otra cosa es la cultura del ladrillazo que ha habido durante años que ha colmatado la costa de una manera un poco anárquica.

-¿Cómo explicaría el efecto que un buen diseño arquitectónico puede tener sobre un espacio determinado?

-La arquitectura buena, con el paso del tiempo, se sigue utilizando de forma natural, trasciende el diseño y la forma, tiene vida. Por ejemplo, el hotel Alay es un edificio magnífico, tiene una vida bárbara. Es un edificio que ha generado a su alrededor ciudad. Esa sería una primera aproximación, cuando hay vida alrededor del edificio, ese edificio comunica algo, con independencia de su estilo y su época.

-¿Hay algún ejemplo de mala arquitectura que le rechine?

-Más que de un edificio concreto hablaría de que Málaga ha tenido momentos de especulación brutal, en el que se han hecho las viviendas antes que las aceras. Eso es mala arquitectura. Te das cuenta de cómo vive la gente en los barrios de una densidad enorme, con mala calidad de construcción, ahí empieza a haber mala arquitectura y mala ciudad.

-En el inicio del libro se habla del Museo Picasso como "el acontecimiento por excelencia" de la escena arquitectónica malagueña.

-El poder se ha volcado en el centro histórico con la idea de que sea el espejo de la ciudad. Esa especie de efecto Guggenheim puede representarlo el Picasso, a pesar de no ser un edificio tan espectacular. Ahora se están haciendo cosas bárbaras, como el auditorio, que va a alterar la vida de la ciudad como lo hizo el Cervantes. En la Universidad, por ejemplo, hay magnífica arquitectura y hay proyectos muy interesantes del IMV. Hay muchos focos que auguran un optimismo arquitectónico bestial. Si Málaga ciudad fuese el foco cultural de toda esa otra ciudad, que es de cien kilómetros, sería fantástico, como gran equipamiento dentro de la Costa del Sol.

-Uno de los arquitectos a los que entrevista apunta que el político puede entenderse como un arquitecto frustrado. ¿Ve algún político con alma de arquitecto?

-Hubo un momento, sobre todo al inicio de la democracia, que los alcaldes entendían de arquitectura. Había un entente cordial entre técnicos, arquitectos y políticos. Ese fenómeno no ha seguido dándose y, es más, creo que se ha producido un cierto distanciamiento entre técnicos cualificados y políticos, no solo en Málaga.

MALAGA. Un estilo arquitectónico propio. (MALAGAHOY)

El Paseo de Reding fue el primer tramo del antiguo camino que unía la capital con la Axarquía y aún hoy alberga algunos de los edificios más emblemáticos y señoriales de la ciudad

RAQUEL GARRIDO / MÁLAGA | ACTUALIZADO 20.02.2011 - 01:00
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El Paseo de Reding debe su nombre al militar suizo Teodoro Reding, gobernador de Málaga a principios del siglo XIX y uno de los héroes de la batalla de Bailén, en la que es considerado como el verdadero artífice de la primera derrota de los ejércitos napoleónicos. Se trata del primer tramo del antiguo camino de Vélez-Málaga, que discurría por el litoral hasta la capital de la Axarquía. Este camino, más conocido después como carretera de Almería, se convirtió en la vía de acceso a las nuevas zonas residenciales que surgieron en el litoral oriental de la ciudad a partir de la década de 1880 como La Caleta, Monte Sancha, El Limonar o Bellavista cuando la burguesía malagueña fue abandonando los espacios centrales para buscar unos nuevos estándares de vida en las áreas residenciales del este, entre los montes y el mar.

El historiador Víctor Heredia aseguró que por este motivo una de las primeras líneas de tranvía que empezó a funcionar a finales del XIX fue la que conducía a La Caleta y a El Palo, ya que "existía una demanda de clientes acomodados". Aunque más adelante sí fue un recorrido muy transitado por los que se dirigían a los Baños del Carmen. En la foto se aprecian los raíles del tranvía, que a partir de 1901 sustituyó la tracción animal por la eléctrica, mientras que el uso de vehículos individuales era prácticamente testimonial en esa época. La acera de la izquierda estaba compuesta por edificios de baja altura, mientras que a la derecha el espacio libre que quedaba delante de la plaza de toros fue adornada con una doble hilera de árboles plantados cuando en los años veinte, durante la dictadura de Primo de Rivera, se llevó a cabo una nueva pavimentación del Paseo de Reding y una mejora en el ornato de lo que era por entonces el comienzo de la carretera de Almería.

Al fondo se ven tres edificios de construcción consecutiva pero de grandes diferencias formales. El más lejano, el Palacio de la Tinta, fue construido en 1908 según un proyecto del francés Julio O'Brien como sede central de la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces. Después de la absorción de ésta por Renfe en 1941 el Estado lo destinó a sede de la Confederación Hidrográfica del Sur, y ahora alberga la Agencia Andaluza del Agua. Debe su nombre popular al elevado número de oficinistas que siempre han trabajado en sus dependencias, que antiguamente necesitaban una gran cantidad de tinta para escribir. A la izquierda, las Casas de Félix Sáenz, viviendas de renta de lujo construidas por el comerciante riojano Félix Sáenz y con proyecto del arquitecto Fernando Guerrero Strachan. Su construcción data de 1922 y son uno de los mejores ejemplos del estilo regionalista de su autor. Las fachadas son muy movidas, con entrantes y salientes que forman terrazas a diferentes alturas, y decorativamente se articulan en dos edificios.

Todo un exquisito de un barrio que ha conseguido mantener su identidad hasta la actualidad.

El PP propone una nueva normativa para legalizar viviendas irregulares. (MALAGAHOY)

El presidente de los populares en Málaga, Elías Bendodo, ha señalado que van a trabajar para que la ley sea "estricta y rigurosa"

EFE, MÁLAGA | ACTUALIZADO 19.02.2011 - 20:00.
El PP ha anunciado hoy que trabajará para que haya una nueva normativa "estricta y rigurosa" para legalizar viviendas irregulares, al considerar que la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA), que regula el sector en la actualidad, es "incompleta".

Ésta es una de las conclusiones a la que han llegado los populares en la reunión Intermunicipal Comarcal de La Axarquía, celebrada hoy en Nerja, según ha informado el presidente del PP de Málaga, Elías Bendodo, en un comunicado.

El dirigente popular ha indicado que su partido trabajará para que se modifique la LOUA "por ser una ley incompleta y que ofrece más inseguridad que concreción".

En la reunión se ha defendido la modificación en lo que concierne al régimen que aborda la posibilidad de edificación en suelo no urbanizable a través de la presentación de proyectos de actuación urbanística.

En concreto, los populares proponen la reforma de los artículos que regulan la construcción de viviendas vinculadas a la explotación agrícola y ganadera, "donde la Junta no está actuando", y además se establece un nuevo modelo de vivienda turística-residencial que no recoge la LOUA