domingo, 6 de febrero de 2011

MÁLAGA La nueva fachada de la Alcazaba. (SUR)

06.02.11 - 01:45 -
El paseo peatonal que discurre al pie de las murallas cambia la imagen del monumento árabe.
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Una escalera metálica asciende haciendo zigzag por la pequeña ladera. Gracias a su acabado en tonos pardos se mimetiza con el entorno de rocas y la vegetación. Arriba, al pie de las murallas de la Alcazaba, el paseo continúa por una red de senderos y miradores en varios niveles. El enclave, antaño sucio y degradado, ofrece una imagen totalmente renovada del monumento, a la vez que brinda una panorámica nunca vista del casco histórico y de los alrededores de la ciudad. SUR acompaña al concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga, Manuel Díaz, y al arquitecto autor del proyecto, Iñaki Pérez de la Fuente, en una visita a las obras, que culminarán a finales del mes que viene.
El recorrido comienza en Mundo Nuevo, donde se ubicará una de las cuatro puertas. Las otras tres conectarán con la propia Alcazaba; con Alcazabilla, junto al centro de interpretación del Teatro Romano; y con una nueva plazoleta al final de la calle Pozo del Rey. Los senderos tienen unos 180 metros lineales, con secciones de entre 1,30 y 2,5 metros. «Son angostos para dar la sensación de los caminos de ronda de las murallas, acorde con la personalidad del monumento», relata el autor.
Mimetizado en el entorno
El objetivo era lograr el mínimo impacto visual, y por eso tienen sección en trinchera, lo que permite que queden ocultos a la vista de la ciudad. Realmente no se asientan sobre terreno natural, sino sobre tres metros de relleno de los escombros de las casas del antiguo barrio de la Alcazabilla, que fueron compactados tras la intervención de Juan Temboury. De esta forma, el sistema de rampas y escalinatas se integra en la pendiente natural del terreno y permite un recorrido más amplio del área arqueológica, que hasta ahora se reducía al ámbito del anfiteatro y que ahora se extiende a la estribación sur del monte Gibralfaro.
El itinerario pasa por tres balcones. El primero, el más cercano a Mundo Nuevo, es el llamado «mirador territorial», porque permite la contemplación de toda la ciudad, los Montes de Málaga y la Sierra de las Nieves, cubierta por una capa blanca. El segundo es el «mirador de Málaga», con una visión frontal del casco histórico, la Aduana, la Equitativa, la Catedral, la calle Císter, la espadaña de San Agustín, San Juan, el Museo Picasso, Santiago y la plaza de la Merced, entre otros puntos.
Escalera cubierta
El ultimo es el «mirador superior», que ofrece una perspectiva única del Teatro Romano desde arriba. En el futuro estará conectado con la propia Alcazaba, de manera que el sendero se podría integrar como parte de esta visita. «La intervención es doble: de un lado, se recupera la falda de la Alcazaba como un elemento paisajístico, que estaba muy deteriorada; y las vistas permiten un mejor entendimiento de la ciudad», añade Pérez de la Fuente.
Desde la cota de la base de la muralla hasta la calle Alcazabilla se accede mediante una escalera en zigzag, con una altura de más de 12,5 metros, que estará cerrada mediante una especie de celosía metálica, para ocultarla y lograr el máximo mimetismo con el terreno, «como un traje de camuflaje». Este elemento tiene una doble función: la propia conexión de ambos niveles y la de consolidar un antiguo muro existente en el conjunto, para el que hace las veces de andamio. «El efecto que tendrá para el visitante será el contraste de ir por un espacio muy recogido y ver como se abre de repente el monumento».
Los senderos y la escalera están construidos en acero corten (realizado con una composición química que hace que su oxidación proteja la pieza frente a la corrosión). «Es el material que mejor se integra en entornos arqueológicos, pues se mimetiza, especialmente en vistas lejanas», explica este experto. Y añade: «Se modifica naturalmente, con lo cual es como incorporarlo al proceso de evolución del terreno». El firme se ha hecho con arena prensada, un material natural, estable e hidrante, para asegurar el drenaje.
El tercer pilar es la vegetación, mediante la plantación de especies autóctonas mediterráneas para dar continuidad al monte Gibralfaro. «El objetivo es que se entienda que la base sobre la que se asienta la Alcazaba es la continuación natural del monte Gibralfaro, y a su vez es el marco paisajístico de la muralla». La pieza clave es el pino carrasco, de los que se plantarán 85 ejemplares, con alturas diferentes, de entre 4,5 y 9 metros, para simular un bosque real. Los paseos huelen a tomillo, romero e hinojo, mientras que la ladera que desciende directamente hacia las ruinas del anfiteatro están cultivadas con cáñamo, un arbusto que tiene raíces muy profundas y que sirve para contener el talud, que estuvo sometido durante años a la erosión de las escorrentías de pluviales.

MALAGA. Abdullah Gubn llega a Málaga para impulsar el nuevo estadio. (LAOPINION)

El vicepresidente del Málaga tiene previsto reunirse a lo largo de la semana con las autoridades.

Vista aérea del estadio de La Rosaleda, que deberá estar operativo mientras no se construya otro donde pueda jugar el Málaga.
Vista aérea del estadio de La Rosaleda, que deberá estar operativo mientras no se construya otro donde pueda jugar el Málaga. G.T.
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JAVIER GARCÍA RECIO ­La próxima semana puede ser decisiva, o al menos determinante, a la hora de perfilar los pasos que conduzcan a la construcción de un nuevo estadio de fútbol para la capital, tal y como plantea el actual propietario del Málaga CF, el jeque Abdullah Bin Nasser Al-Thani.

A partir de mañana está prevista la llegada a Málaga de Abdullah Ghubn, vicepresidente del club y consejero delegado del Grupo NAS, que es el holding que agrupa al conjunto de empresas que controla Al-Thani.

Ghubn, que además es el brazo derecho y hombre de confianza de Al-Thani, llegará con el objetivo de avanzar y concretar lo más posible en el proyecto de construcción del nuevo estadio y del complejo deportivo y de ocio que se levantaría en su entorno.

65.000 espectadores

Para ello, Ghubn tiene previsto reunirse con los responsables de las tres administraciones que actualmente son dueñas del estadio de La Rosaleda para tratar de determinar su futuro. Especialmente, se tratará de cerrar el lugar donde se levantará ese nuevo complejo deportivo e ir despejando los condicionantes urbanísticos, legales y de otro tipo que se presentan a la hora de planificar un suelo y un proyecto de la magnitud que pretende el jeque.

El proyecto tiene como eje central la construcción de un estadio con capacidad para los 65.000 espectadores, en torno al cual gire un gran complejo deportivo, con una decena de campos de fútbol y otras instalaciones para la práctica de otros deportes. A ello se sumaría un complejo de ocio con atracciones como un centro oceanográfico y un parque acuático, además de un centro comercial y un hotel de lujo. Lo que supondría una inversión por encima de los 400 millones de euros.

Existen tres espacios que pueden reunir los requisitos necesarios para albergar un proyecto de tal magnitud. Uno es la zona de San Cayetano, en el Puerto de la Torre, que tiene la ventaja de los buenos accesos dado su proximidad a la hiperronda. Su inconveniente es que su superficie, de apenas 125.000 metros cuadrados, no permitiría albergar todas las actuaciones pretendidas por el jeque, que necesitaría casi medio millón de metros.

Zona preferente

Otro lugar que barajan los promotores del proyecto es en Santa Rosalía-Maqueda, en Campanillas. Aquí el espacio es mayor, ya que se acerca a los 300.000 metros cuadrados.

Con todo, la zona que, por superficie, mejor se acomoda a los propósitos del dueño del Málaga es la de Arraijanal y San Julián. Aquí, el propietario del club podría tener disponible algo más de 700.000 metros cuadrados, una superficie que permitiría albergar todo el macroproyecto que Al-Thani tiene ideado para levantar en la ciudad.

MALAGA. ¿Aceras demasiado anchas? (MALAGAHOY)

AVANCE DEL METRO REGENERACIÓN DE CALLES TRAS LAS OBRAS DEL SUBURBANO

Algunos vecinos de La Unión se quejan de la supresión de aparcamientos en la reurbanización de la calle · La vía presenta espacios peatonales de hasta siete metros

S. SÁNCHEZ / MÁLAGA | ACTUALIZADO 01.02.2011 - 01:00
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Un vecino de La Unión pasea ayer por una de las amplias aceras ejecutadas tras la obra del Metro.

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Reurbanización del Metro en la zona de Teatinos.

La calle La Unión vuelve a la luz. Tras sufrir durante casi dos años las obras del Metro de Málaga, la vía se asoma con una estampa transformada, en la que la estrechez de las aceras de antaño ha sido cambiada por espacios de hasta siete metros de anchura, pero que, para queja de algunos, se han comido el terreno de las plazas de aparcamiento. A la espera aún de que los operarios de la empresa adjudicataria de los trabajos del suburbano finalicen las tareas, los vecinos y comerciantes han dejado de ser prisioneros para convertirse en peatones.

Pero el final del azaroso itinerario por el que han transitado los cientos de residentes de la zona, marcado por las molestias de una obra de gran envergadura y los ruidos de la maquinaria hasta altas horas de la madrugada, no ha dado paso a una satisfacción plena. Desarrollado el proyecto de reurbanización pactado entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento, hay algunos vecinos que siguen mostrando, cuando la cicatriz ha sido cerrada, cierto malestar con la actuación.

"Aceras demasiado anchas pero pocos aparcamientos". Esta es la idea común de varios de los testimonios ciudadanos recopilados por este periódico. Todos parecen coincidir en el beneficio de la recuperación de la calle, pero son escasas las voces que se pronuncian sin sesgo de crítica sobre cómo se ha acometido la tarea. Y eso que la actuación plasmada es mucho menos ambiciosa de la que llegó a plantear la Gerencia de Urbanismo, que proponía eliminar uno de los dos carriles de circulación.

Aquella propuesta fue desechada por el propio Consistorio, que trataba con ello de acercarse a las inquietudes de los residentes. La calle, una vez finalicen los trabajos, mantendrá dos carriles al tráfico, pero menos plazas de estacionamiento. Y es aquí donde surge la discrepancia. "Se han quitado aparcamientos", comenta Mario Fernández, uno de los comerciantes de la calle, que se muestra cauto con el efecto que tendrá la reurbanización. "De aquí a dos meses se verá si funciona o no", explica, al tiempo que muestra su preocupación por la incidencia que la supresión de estacionamientos puede tener sobre el comercio tradicional. Más aún en una vía donde era habitual la doble fila. "Muchos vecinos piensan que tanta acera para qué", reproduce Mario, quien cree necesario que el Ayuntamiento cree un SARE 30 en la calle.

A apenas veinte metros del comercio de Mario, tres vecinos hablan, justamente, de cómo ha quedado la calle. Y por lo que comentan, no están satisfechos. "No han preguntado a los vecinos, sino a las asociaciones", se queja Manuel Bernal, que viene a reflejar el sentido de otras voces: "Demasiada acera". Ante estas palabras asienten Francisco Fernández y Francisco Pérez, ambos conformes con lo expuesto. Ambos recuerdan que "la doble fila era buena para los comercios, porque la gente paraba y se bajaba a comprar o tomarse un café". Incluso, apuntan que la eliminación de aparcamientos puede responder al interés municipal por vender las plazas del parking subterráneo de Mortadelo.

María del Carmen Martín empuja el carro de la compra va por uno de los tramos de la calle remozado. A pesar de la comodidad con la que pasea, que contrasta con la de años pasados, esta vecina no está de acuerdo con lo hecho. "Un poquito menos de acera y más aparcamiento", insiste. "La gente que vive aquí, a no ser que tenga una plaza, no puede aparcar", indica.

Estas manifestaciones son, a juicio de Elvira de la Torre, gerente de la Asociación de Comerciantes de Cruz de Humilladero, reflejo de una minoría de vecinos. "La calle está tal y como la mayoría de comerciantes y vecinos quisieron", apunta, al tiempo que alude a que otras muchas personas están muy contentas por cómo está quedando la vía. "Ahora los vecinos pueden encontrarse y hablar unos con otros sin necesidad de bajarse de la acera", comenta. En cuanto a la reducción de aparcamientos, apunta que son pocas las plazas eliminadas y apostilla: "Lo que no se puede es tener un proyecto a la carta".

En esta misma línea, un matrimonio que vive en El Palo pero que regenta un comercio de cortinas en las cercanías de La Unión, se muestra encantado con la obra. "Es maravilloso, ha quedado precioso", apuntan José Bonilla y Carmen López. Y eso que aún faltan por instalar el mobiliario y las jardineras.

Elementos que según confirmó el director del Metro, Enrique Salvo, no empezarán a reponerse hasta que la obra sea recepcionada por el Ayuntamiento, en un intento de que no se repita la situación de Carretera de Cádiz. Salvo se mostró satisfecho por el resultado de los trabajos de reurbanización. "Se ha hecho todo a tiempo, la calle está recuperada y ha quedado un modelo urbanístico que supone un avance importante", explica. Al tiempo, es claro al vaticinar que conforme pasen las semanas los vecinos y comerciantes de la zona se beneficiarán de una mejora en su calidad de vida. "Es un placer pasear por La Unión", comenta.

Muestra de este paso adelante son las farolas nuevas colocadas en la vía y que ayer, por primera vez, fueron encendidas. Salvo agradece a los vecinos la paciencia demostrado durante las obras en superficie. Asimismo, subraya que con el suburbano se ha podido "recuperar la historia de un barrio que, según los restos, en el siglo II antes de Cristo era usado como entrada a la ciudad". La intención es contactar en los próximos días con el área de Tráfico para ver cuándo se devuelve la calzada al paso de vehículos, pero precisa que la última capa de rodadura no se extenderá hasta que culminen los trabajos de excavación del túnel, previsto para final de año.

Otra zona donde las cicatrices del Metro han quedado suturadas es Teatinos, donde la calle recuperada ya es visible para los vecinos.

Hoteles malditos. (MALAGAHOY)

El Cortijo Jurado, el Palacio Miramar, el Marqués de la Sonora, son algunos de los proyectos hoteleros que pasados varios años siguen sin convertirse en realidad

SEBASTIÁN SÁNCHEZ | ACTUALIZADO 06.02.2011 - 09:44
El 2 de junio del año 2005. El consejero delegado del Grupo Mirador, José Ramón Faura, acompañado de representantes de la cadena Vincci, coloca la primera piedra de la obra de reconversión del Cortijo Jurado, antiguo palacete del siglo XVIII localizado en las cercanías de Campanillas, en hotel de cuatro estrellas. Las previsiones de las empresas implicadas en el proyecto, avalado por el Ayuntamiento de Málaga, hacían calcular que el establecimiento abriría sus puertas a lo largo de 2007. Casi seis años después del primer acto, la edificación muestra un aspecto ruinoso, carcomida por el paso del tiempo y el abandono absoluto.
Desde la autovía del Guadalhorce, en dirección al Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), el Cortijo Jurado se atisba en la distancia, sobre una colina, como si de una casa fantasma se tratase, con las paredes desconchadas, con las ventanas desnudas. Y sin atisbo alguno del hotel que iba a acoger 200 habitaciones. Cortijo Jurado es una especie de hotel maldito, como lo son otros proyectos anunciados en la capital de la Costa del Sol como baluartes de la regeneración de la planta hotelera pero anclados en el tiempo, como el Miramar, el hotel de Moneo en Hoyo de Esparteros o el Marqués de la Sonora.

Cortijo JuradoEl caso de Cortijo Jurado está, si cabe, más marcado por las dudas, puesto que fue objeto de un acuerdo que permitió la recalificación de la parcela de no urbanizable a urbanizable alegando para ello el interés social de la actuación. La licencia de obra mayor se concedió en diciembre de 2004 y desde ese momento la Gerencia de Urbanismo la ha prorrogado de manera sucesiva hasta la fecha actual, a pesar de que la actividad en la finca ha sido nula y que la misma se ha visto inmersa, incluso, en una subasta que no llegó a término.“Lo ocurrido es un fraude político del PP, puesto que permitió a una empresa amiga la recalificación de esa parcela, pasando de no urbanizable a urbanizable mediante declaración de interés público y social”, denunció Antonio Serrano, concejal no adscrito del Ayuntamiento de Málaga, para el que “el transcurso del tiempo y el estado de la edificación demuestra la chapuza”. Serrano informó de que volverá a solicitar la caducidad de la licencia que en su día fue prorrogada por parte de la Gerencia de Urbanismo a pesar de la evidente inactividad.De hecho, según pudo saber este periódico, la mencionada prórroga culminará en mayo, siendo la última opción por parte de la propiedad de extender el permiso. A partir de ese momento, el Consistorio deberá exigir el paso de la Inspección Técnica de Edificios (ITE) del inmueble, que no ha sido obligatoria hasta el momento al encontrarse viva una licencia de rehabilitación del palacete. En caso de cumplirse el trámite, se abriría expediente sancionador.

Palacio Miramar
Es el más reciente de los proyectos hoteleros de cuantos se han impulsado y, probablemente, el más simbólico por tratarse de un edificio de los más reconocidos de la ciudad. Por su arquitectura y por su situación en el paseo marítimo. Pero ello no ha sido garantía de celeridad en los trámites. De hecho, desde que la Junta de Andalucía, anterior propietaria del inmueble, que durante años sirvió de sede judicial, impulsase su venta con el objetivo de que recuperase su esplendor original como hotel (ya fue Hotel Príncipe de Asturias en sus primeros años) han transcurrido tres años, sin que el edificio haya sido transformado.
El Grupo Santos fue el que finalmente se hizo con la propiedad de la construcción, por la que abonó 21,5 millones de euros, con la idea de hacer del Miramar un hotel de cinco estrellas gran lujo que, según la oferta inicial, tendría que haber abierto sus puertas a mediados de 2010. Sin embargo, los efectos de la crisis económica, junto a las dificultades administrativas con las que se ha topado la iniciativa, han retrasado sustancialmente la actuación, hasta el punto de que no es previsible que el nuevo hotel abra sus puertas antes de mediados o finales de 2014. El proyecto contempla 188 habitaciones dobles, más cuatro suites y seis de alto lujo.

Marqués de la Sonora
Hay obras en Málaga capital que casi forman parte del paisaje urbano de la ciudad; que transcurridos los años siguen ancladas, sin avance en sus formas y atrapadas en el tiempo; son proyectos que muy a pesar de sus promotores, envejecen sin que se atisbe un horizonte claro que les permita abandonar la senda del olvido. Uno de los iconos que mejor da muestra de este estancamiento es el Palacio del Marqués de la Sonora y su reconversión en hotel de cinco estrellas. La iniciativa, impulsada en 2004 por el grupo Salsa, se encuentra más de seis años después en vía muerta y sin perspectiva inmediata que permita augurar el impulso definitivo de esta actuación. Esta triste realidad es confirmada por los responsables de Salsa, que admiten que en este momento se ignora calendario alguno que haga predecir el final del túnel de un proyecto con el que se quería dotar de un establecimiento de calidad al casco urbano. La tramitación de esta iniciativa privada se ha visto aletargada en el tiempo por los numerosos escollos administrativos con los que se ha topado, a los que sumar más recientemente el cambio de posición de Hospes, con la que Salsa acordó la gestión futura del hotel.
La diferencia de criterios entre las partes ha hecho que la inmobiliaria esté, a día de hoy, buscando un nuevo socio que asuma la gestión del inmueble, nada sencillo en el actual escenario económico. Incluso, abre la puerta a una posible enajenación del edificio si llegase alguna oferta interesante. Un extremo para el que, según las fuentes consultadas, incluso se ha solicitado alguna tasación a empresas especializadas.
con la firma de moneo
La construcción de un hotel diseñado por Rafael Moneo en Hoyo de Esparteros, junto al cauce del río Guadalmedina, ha simbolizado en los últimos años la tradicional confrontación entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de la ciudad. Mientras el último defendía la ejecución de un establecimiento que duplicaba las alturas permitidas en este espacio (llegando a diez plantas), conforme al Pepri Centro, la primera se oponía, alegando impacto visual en el centro, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC). El inicio de la intervención estuvo rasgado por las diferencias de ambas administraciones, fricciones que acabaron por embarrancar la iniciativa desde su impulso en 2004 hasta hace apenas unos meses.Los contactos mantenidos por responsables de las dos instituciones acabaron por desbloquear la iniciativa de Promociones Braser, que prevé una inversión de unos 60 millones de euros, con la construcción de edificios de oficinas y un hotel de cuatro o cinco estrellas y 140 habitaciones. “En el momento en que tengamos el visto bueno de la Junta de Andalucía queremos sentarnos con las cadenas hoteleras para tratar de cerrar acuerdos para la gestión”, explicó José Luis López, responsable de Braser. En cualquier caso, no parece que el inicio de las obras tenga lugar antes de finales de año.

Palacio de Ferias
No una, ni dos, sino hasta tres veces ha intentando el Ayuntamiento de Málaga vender una parcela situada junto al Palacio de Ferias y Congresos para la construcción de un hotel de cuatro estrellas que complemente el equipamiento ferial. Pero ni en la primera, ni en la segunda ni en la tercera ocasión los responsables municipales han encontrado comprador y empresa que se encargue de ejecutar el mencionado proyecto.
La última intentona se produjo hace algunos meses, cuando el concurso de venta quedó desierto y se buscó un procedimiento negociado para hallar algún interesado. Y ni por esas. La realidad a día de hoy es que junto al palacio sigue habiendo una pastilla de suelo, de 9.400 metros cuadrados (23.650 metros cuadrados de edificabilidad), esperando acoger un hotel. En 2004, el Ayuntamiento puso por primera vez en venta este suelo.