domingo, 16 de enero de 2011

MALAGA. El Auditorio de Málaga sale a la superficie. (SUR)

Por inversión, necesidad y ambición, el palacio de la música representa el equipamiento cultural más importante de la provincia a medio plazo

16.01.11 - 01:58 -
Las bambalinas ofrecen a veces un espectáculo digno del mejor escenario. Figurantes a la carrera, un músico tomando un aperitivo, las grandes figuras en tensa y concentrada espera, cambios de vestuario en cualquier parte... La vida de un gran teatro lírico, de un lugar destinado a la escena y la música, gira alrededor de su telón. Así que los responsables del proyecto del Auditorio de Málaga han querido cuidar cada detalle para que el edificio no solo sea cómodo para el visitante, sino que también ofrezca soluciones prácticas para los profesionales que allí realizarán su labor.
Por eso, el llamado 'camerino de transformación' -para los cambios rápidos de vestuario- está justo al lado del escenario, los pianos disponen de un almacén con la temperatura y la humedad controladas, algunos pasillos tienen hasta cinco metros de ancho o la sala principal, la de cámara y la sede de la orquesta cuentan con accesos independientes desde la calle.
Los ejemplos anteriores ilustran el grado de detalle del proyecto de ejecución del Auditorio de Málaga. Un documento elaborado por los estudios de los arquitectos Agustín Benedicto y Federico Soriano -apoyados por un buen número de empresas especializadas- que supera los 12.000 folios y los dos mil planos. Una iniciativa que no soporta la comparación -ni cualitativa ni cuantitativa- con cualquier otro equipamiento cultural que se acometa o proyecte en la provincia.
No en vano, se trata de una iniciativa que, en su conjunto, representa una inversión superior a los cien millones de euros, tal y como adelanta el director del consorcio del auditorio, Francisco López. El gestor apostilla que el informe atiende no solo al recinto cultural (presupuestado en unos 82 millones de euros), sino que también incluye la plaza anexa, un aparcamiento subterráneo para unos 430 vehículos, las infraestructuras periféricas (como túneles para el tráfico rodado que llegue desde la zona Oeste de la capital) o la urbanización del entorno.
El documento entregado el pasado 31 de diciembre ofrece cada actuación en un apartado diferente, de manera que los componentes del consorcio (ministerios de Fomento y Cultura, Junta de Andalucía y Ayuntamiento de la capital) deberán decidir ahora cómo licitar cada sección, si de manera conjunta o por separado.
Para esa cuestión quedan todavía algunos meses. El proceso es el siguiente. Entregado ya el proyecto de ejecución, ahora deben supervisarlo cuatro empresas nombradas por el consorcio para otros tantos epígrafes: arquitectura, estructura, instalaciones y equipamiento escénico. Y tras las posibles aportaciones de las compañías, llegaría el turno de los informes de Bomberos y de la Gerencia Municipal de Urbanismo.
Según los cálculos de los arquitectos, este proceso podría concluir en marzo. Para abril se vislumbra la siguiente reunión del Consejo Rector del Auditorio, que podría sacar a concurso la obra para que los trabajos en la explanada de San Andrés comiencen poco antes del otoño. Esos son los plazos técnicos. Habrá que ver los ritmos políticos.
En cualquier caso, el Auditorio de Málaga emerge poco a poco de los planos técnicos, enfila la recta final de su tramitación y encara la fase decisiva del comienzo de las obras. Unos trabajos que tienen un plazo de ejecución de 48 meses y que deben concluir en el equipamiento cultural más ambicioso (y esperado) no solo en la capital, sino de toda la provincia, ya que su radio de influencia abarca toda la Costa del Sol. Las siguientes líneas resumen cómo será el recinto musical, tomando como referencia el proyecto de ejecución entregado hace sólo unos días.
La fachada
Visto desde fuera, el Auditorio de Málaga ofrecerá en su mayor parte una apariencia azulada. Se la darán miles de piezas de cerámica vidriada sujetas a su fachada. Elementos de cuatro formas distintas y seis tonos diferentes que actuarán a modo de celosía, filtrando la luz exterior. El edificio crece desde las primeras previsiones que rondaban los 21.000 metros cuadrados hasta superar los 46.000 metros cuadrados construidos.
Tendrá una altura máxima de cuarenta metros, equivalente a una construcción de planta baja más doce superiores; sin embargo, no se puede hablar de 'plantas' convencionales en el palacio de la música, ya que el juego de volúmenes planteado por los arquitectos hace que cada espacio cuente con su propia distribución, atendiendo a los usos a los que esté destinado. Además, el vestíbulo general será transitable a través de una estructura en voladizo, sin pilares de sujeción, función que realizarán elementos como las escaleras mecánicas o los ascensores.
La sala principal
Se puede considerar la joya de la corona del auditorio o, al menos, su escaparate más evidente. Cuenta con un escenario de unos dos mil metros cuadrados y puede albergar hasta tres escenas completas ya montadas, capaces de aparecer y desaparecer de la vista del público en pocos instantes en virtud de la maquinaria escénica prevista, que baja hasta 18 metros para hacer 'desaparecer' o 'emerger' el montaje requerido. La sala principal se presenta como un espacio polivalente, capaz de ofrecer hasta cuatro disposiciones diferentes.
La primera responde al esquema del teatro lírico y tiene capacidad para 1.743 butacas. La segunda está pensada, sobre todo, para recitales de orquesta y cuenta con un aforo máximo de 1.622 personas. Una tercera posibilidad deja el espacio para los músicos en medio de dos zonas destinadas al público, que también podría situarse detrás del coro: esta opción contaría con hasta 1.803 espectadores. Por último, la cuarta disposición de la sala principal prevé la actuación de una orquesta sin coro, con el público también a ambos lados de los intérpretes y un aforo de 1.905 asientos.
El espacio de producción
Situado junto a la sala principal, se trata de una zona de especial relevancia para los diseñadores del equipamiento, ya que permitirá al Auditorio de Málaga convertirse en un generador de espectáculos de producción propia y no solo en un contenedor de propuestas venidas del exterior. La zona prevista cuenta con una superficie de 500 metros cuadrados y acceso directo desde el exterior. Además, se han previsto dos zonas diferentes de carga y descarga para que, mientras se monta una escena, pueda a la vez desmontarse otra.
La sala de cámara
El segundo espacio de uso escénico cuenta con medio millar de butacas, la mitad de ellas retráctiles para adaptar el aforo del recinto a las necesidades de cada espectáculo. Está pensada para representaciones de pequeñas óperas barrocas o conciertos de solistas, por citar algunos ejemplos. También dispone de acceso independiente, tanto desde la calle, como desde el aparcamiento subterráneo. Sobre la sala de cámara se ubicará el espacio didáctico y la fonoteca, diseñadas para desarrollar la faceta pedagógica de la institución. Como en los casos anteriores, también dispone de entrada propia desde el exterior.
Servicios de escena
Camerinos, vestuarios, zonas para maquillaje, atrezzo, así como espacios de sastrería y lavandería conectados entre sí quedan en esta zona destina a los intérpretes y otros grupos profesionales relacionados con la puesta en escena de las representaciones. Cuenta además con una sala para ensayo de danza.
Sede de la Orquesta Filarmónica de Málaga
Uno de los espacios que más enorgullece a los diseñadores del Auditorio de Málaga. Con él se salda una larga deuda con la formación musical. Cuando el recinto abra sus puertas, la OFM dispondrá de una sede con ocho niveles diferentes y acceso y funcionamiento independientes del resto del recinto. Está situada entre la chácena y el hombro de la sala principal. Los niveles inferiores actúan como almacén de instrumentos, a la altura de la escena queda el camerino para las figuras, mientras que los niveles superiores prevén dos plantas para los camerinos de la orquesta y otras dos para usos administrativos.
Por último, los pisos más elevados incluyen, entre otras zonas, una sala de ensayo general para la formación musical de unos 450 metros cuadrados, así como áreas para la ejercitación de las secciones. Cabe mencionar también, aparte de este espacio pero relacionado con él, las dependencias destinadas al coro. Un área con sala general de ensayo, zona de descanso y vestuarios, entre otros espacios.
Sala de ensayo de escena
Ubicada bajo la sala de producción, sus diseñadores han previsto en ella un suelo del tipo de las pizarras blancas sobre las que se puede pintar con rotulador y borrar al instante. Ese material permite hacer y deshacer las marcas en el suelo que fijan la posición de los intérpretes durante la representación, unos ensayos esenciales para articular la puesta en escena final. Con las mismas dimensiones que la parte central de la escena, está situada a la altura del suelo portuario y la lámina de agua. Unas vistas magníficas para trabajar.

Málaga decide su futuro en el Guadalmedina. (LAOPINION)

El debate sobre embovedar el cauce del Guadalmedina nace con visiones contrapuestas. Desde cambiar lo menos posible a embovedar todo el tramo, el abanico de posibilidades es infinito. Al menos, todos coinciden en que hay que hacer algo.

Mantener la capacidad de desagüe del cauce del Guadalmedina es una de las prioridades de cualquier proyecto.
Mantener la capacidad de desagüe del cauce del Guadalmedina es una de las prioridades de cualquier proyecto. C. Criado

MIGUEL FERRARY. MÁLAGA Embovedar el Guadalmedina es una de esas ideas que sale a debate en la ciudad de cuando en cuando, –los más cínicos dirán que cada cuatro años–. Durante la última semana ha vuelto a la actualidad gracias a un informe elaborado por el Centro de Estudios y Experimentación (Cedex), dependiente del Ministerio de Fomento, que analiza el cauce del río a petición de la Fundación Ciedes. Los resultados han sido obvios. Las pruebas determinan que el cauce tiene la capacidad para la que fue diseñado y que si recibe más agua, se desbordará.


Sin embargo, tal y como son los debates políticos en Málaga, hasta lo obvio necesita de informes que pongan de acuerdo a todos. En eso se ha avanzado. Hay un consenso generalizado de que la puerta para actuar en el cauce está abierta, siempre que se mejore la seguridad de la ciudad ante posibles riadas de grandes dimensiones. Pero más allá de esa puerta abierta, hay múltiples caminos y opciones, desde los que optan por cubrir la mayor parte de los 3 kilómetros de trazado urbano del Guadalmedina, hasta los que apuestan por el llamado parque fluvial, manteniendo el río abierto y con jardines en el lecho.

La presentación del informe, de hecho, ha permitido identificar tres posturas. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, aprovechó para reivindicar el valor del llamado Plan Guadalmedina, elaborado en el año 2000 y presentado en campaña electoral por Celia Villalobos. Esta propuesta planteaba cubrir todo el cauce, crear jardines, plazas y fuentes en la superficie, carreteras y líneas de metro por debajo y un cajón para el agua en la parte inferior.

De la Torre considera posible este proyecto cambiando la regulación de la presa del Limonero, que dejaría de ser de abastecimiento a permanecer medio vacía para retener posibles avenidas de agua.

En el extremo opuesto se sitúan Izquierda Unida y colectivos ecologistas. Estos insisten en que embovedar es caro y peligroso, ya que no se cuenta con seguridad total ante crecidas máximas en el cauce. La apuesta es crear un parque con vegetación de ribera en el lecho del río, que se inundable, pero que permita su uso como paseo la mayor parte del año.

La candidata del PSOE a la alcaldía, María Gámez, se ha situado en un punto intermedio. No defiende por una solución concreta, aunque insiste en que hay que actuar en el cauce y no embovedar todo el trazado. Esta actuación, más blanda, combina el uso de estructuras desmontables, con actuaciones más sólidas, como grandes plazas-puente que unan los dos márgenes.

Premisa
Más allá de lo que se haga en el cauce, antes hay que resolver el problema de la seguridad en el río. El informe del Cedex insiste en que hay un límite de capacidad en el cauce actual, que se puede incrementar mediante una serie de actuaciones, como cambiar el uso de la presa del Limonero, mejorar el lecho y desviar algunos arroyos que desembocan en el Guadalmedina.

A esto habría que unir una propuesta más del profesor de Geografía Física de la UMA, José Damián Ruiz Sinoga, quien defiende reforestar la cuenca del río, lo que permitiría reducir las torrentías y el aporte de piedras y barro que empeoren las riadas. Una medida que la ciudad lleva años esperando y que todavía no se ha acometido de forma eficaz y comprometida, reduciendo el nivel de seguridad de la ciudad.

Lo que parece claro es que antes de tocar el cauce urbano, hay que resolver la llegada de agua al río. De hecho, el embovedado, sea parcial o total, no se realizaría sobre la situación actual del río, sino que obligaría a poner la losa al nivel de la calle para que realmente se puedan unir las dos riberas. Eso, por supuesto, supone adecuar el cauce para que pueda mantener su capacidad de desaguar los 600 metros cúbicos por segundo con los que fue diseñado.

El ingeniero José Alba, de Urbaconsult, insiste en que la primera medida es asegurar que el cauce no pierda capacidad de desagüe y adoptar medidas para que no reciba más agua de la prevista, ampliando «el desagüe de fondo del Limonero para evitar que rebose». Además, mostró su temor de que la cercanía de las elecciones locales afecte a un debate «en el que hay que buscar el mayor consenso».

Ciedes
La clave de un hipotético acuerdo está en la Fundación Ciedes, donde se está capitalizando el impulso a este proyecto y que acogerá el debate del informe y los pasos a dar. Se impone, por distintas voces, un concurso internacional que permita estudiar diferentes alternativas y dar cabida a la participación ciudadana, la clave está en definir las condiciones y el guión del concurso. Eso y la cercanías de las elecciones. Con un poco de sentido común, los políticos deberían de aplazar cualquier decisión hasta el 23 de mayo, el día después de la votación.

La idea del concurso internacional es una opción que cobra fuerza por distintas voces. El arquitecto Iñaki Pérez de la Fuente incide en que es necesaria una convocatoria de esta envergadura «porque es un proyecto de una importancia parecida a la ampliación del Aeropuerto». «Deberían participar los especialistas que haya en este tema a nivel mundial para ver las alternativas que se puedan plantear», recalcó Pérez de la Fuente, quien afirma que es momento de ser «ambicioso y que la crisis no sea una excusa que nos haga perder esta oportunidad».

El arquitecto Ángel Asenjo coincide en la necesidad de hacer un estudio en profundidad sobre la solución a realizar en el cauce, lo que determinará la conveniencia del grado de embovedado. «Es un tema de gran complejidad técnica que requiere un trabajo importante», reiteró Asenjo.

MALAGA. Cicatrices suturadas. (MALAGAHOY

Niza, Almería, Valencia y Monterrey son solo algunas de las ciudades que en las últimas décadas han convertido en realidad su aspiración por reconvertir sus ríos en espacios aprovechables para los vecinos

S. SÁNCHEZ · V. R. BAYONA / MÁLAGA | ACTUALIZADO 16.01.2011 - 01:00
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Vista del río Guadalmedina.

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Málaga reabre el debate sobre su río. En realidad, la discusión sobre el Guadalmedina nunca ha desaparecido en una ciudad obsesionada con dar solución a lo que históricamente ha considerado una cicatriz en su figura. Ahora, tras conocerse las conclusiones del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex), en las que avala desde el punto de vista técnico la posibilidad de cubrir totalmente los tres kilómetros del encauzamiento urbano, vuelve a ponerse sobre la mesa la gran pregunta: ¿Qué hacer con el río?

Nadie en los siglos transcurridos desde que por vez primera se hiciese este interrogante ha sido capaz de dibujar una opción que arrimase a administraciones públicas, agentes políticos, económicos y sociales a un mismo camino. Ahora se abre una nueva oportunidad para que ello sea posible. Pero en qué línea, con qué ejemplos como referencia, con qué modelos a seguir, cuando son todas las alternativas posibles.

Esa es precisamente la gran duda a la que los ahora responsables políticos han de ser capaces de dar respuesta en el marco de la Fundación Ciedes. Algunos, como el alcalde, Francisco de la Torre, ya avanzaron el pasado miércoles cuál es su anhelo para el aprovechamiento del río que, como era de sospechar, pasa por el embovedamiento completo de la traza urbana para su aprovechamiento como espacio de convivencia ciudadana y de zonas verdes, al tiempo que dando cabida a infraestructuras viarias y de transportes en la parte inferior.

Otros, como la delegada del Gobierno andaluz en la provincia y alcaldable del PSOE en la capital de la Costa del Sol, María Gámez, ya ha expuesto un modelo diametralmente opuesto al del regidor, que pasaría por mantener abierto el cauce y por su regeneración para usos ciudadanos, zonas verdes y de esparcimiento.

Mientras Málaga mantiene desde hace décadas el debate sobre el Guadalmedina, otras ciudades, no solo españolas, han dado pasos definitivos en la incorporación de los espacios fluviales a la urbe, a su ocupación por los ciudadanos mediante la construcción de avenidas y otros usos. Almería, Niza, Valencia, Monterrey... Urbes que muestran modelos claramente contrapuestos, que podrían servir para reflejar fielmente las posiciones que a día de hoy mantienen De la Torre y su contrincante para las próximas elecciones, María Gámez (PSOE).

No obstante, los técnicos consultados coinciden en que son algunos de los espejos que algunos expertos en la materia ponen sobre el escenario para que Málaga se refleje. Entre las voces autorizadas, uno de los ingenieros más reputados de la provincia, José Alba, apunta directamente a la ciudad francesa de Niza como el paradigma más semejante a Málaga.

NIZA

En los años 70, la actuación permitió cubrir totalmente más de dos kilómetros del cauce urbano del río Paillon, aunque hay que remontarse a 1867 para encontrar los orígenes de los trabajos. De hecho, fue en 1868 cuando se acabó la primera cobertura, de 106 metros, a los que siguieron otros 170 metros entre 1879 y 1882. En 1891 avanzaron las obras, dando lugar a la plaza principal de Niza. No fue hasta el año 1972 cuando culminó la cubrición del río.

Sobre este suelo se ha dado forma a lo largo de los años a una gran avenida, flanqueada por edificios y atravesada por calles subterráneas, jardines y aparcamientos. Esta actuación sirvió para ejecutar encima el Palacio de Exposiciones y Ferias, el Museo de Arte Moderno, el Teatro Nacional de Niza, un aparcamiento y la estación de autobuses, entre otras instalaciones.

El proyecto incluyó la construcción de un túnel entre el espacio reservado para el paso del río y la zona de superficie, que fue destinado a vía rápida de tráfico entre la montaña y el mar. Al igual que sucede en Málaga, existe un embalse encargado de retener el agua que se acumula, lo que permite que el encauzamiento no siempre lleve agua. Actualmente, se está demoliendo la estación de autobuses, al tiempo que será destruido el parking, para crear un corredor verde, con jardines, plazas, fuentes y obras de arte y cuyo coste se estima en 40 millones de euros.

ALMERÍA

La rambla de Belén es el ejemplo al que aludió el pasado miércoles el alcalde, Francisco de la Torre, cuando trató de equiparar lo que se podría hacer sobre el Guadalmedina. En Almería, según cuenta a este periódico el concejal de Urbanismo, Juan Megino, quien fuera alcalde de la localidad durante parte de las obras de embovedamiento del río, el inicio de la actuación tuvo lugar tras 25 años de debate ciudadano y de búsqueda de financiación.

Fue en el marco de un acuerdo alcanzado con la Junta de Andalucía cuando pudieron acometerse las primeras tareas en la zona, ante la imposibilidad del Consistorio de asumir en solitario el coste. "Todo el río se encauzó, se encajonó, y la superficie ahora es peatonal", explica el edil, que apostilla que el objetivo inicial era el de embovedar todo el espacio del río, en una longitud de unos 5 kilómetros, para darle uso ciudadano. Aunque para ello era indispensable garantizar la seguridad hidráulica.

Por ello, el proyecto incluyó un cajón destinado al paso del agua de forma soterrada, al tiempo que se hicieron hasta siete presas de cabecera cuya misión no era la de recoger el agua sino regular su paso, al objeto de evitar grandes volúmenes. A partir de ahí se acometió una urbanización que incluía aparcamientos y un bulevar en superficie. "Es verdad que fue un proceso largo pero ha valido la pena; hay un antes y un después en la ciudad", expuso Megino.

VALENCIA

La crecida del río Turia en el año 1957, que se llevó por delante la vida de 81 personas, abrió de par en par el debate en Valencia sobre la necesidad de dar una solución a un problema de esta índole. La actuación finalmente concretada dista sustancialmente de la que pudiera realizarse en Málaga con el Guadalmedina, dado que lo que se hizo fue desviar por completo el cauce del río, mientras que en la capital de la Costa del Sol se habla de recuperar el cauce pero manteniendo el trazado actual. La capital del Turia desterró su río del casco urbano, secó el cauce y construyó otro a tres kilómetros hacia el sur. Ello dio lugar a la ejecución de lo que hoy se conoce como el jardín del Turia, un río verde de 11 kilómetros, actuación surgida del llamado Plan Sur, que liberó un espacio que en origen se quería destinar a la construcción de autopistas. Esta circunstancia generó un movimiento social en contra de ese uso. Y esta apuesta por una nueva centralidad ha situado junto a la parte final del cauce equipamientos culturales y lúdicos emblemáticos, como el Palacio de la Música; el Museo San Pío V; el Jardín Botánico; el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), y en medio del río seco, la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

MONTERREY

La solución técnica adoptada en esta ciudad mexicana para adecentar y aprovechar el espacio del río Santa Lucía fue puesta sobre la mesa como modelo a seguir por la candidata del PSOE a la Alcaldía de Málaga y delegada del Gobierno autonómico en la provincia, María Gámez. Pero ¿qué se ha hecho en Monterrey? Allí las autoridades se decantaron por dar forma a un parque fluvial con senderos y jardines, con zonas de asiento, espacios abiertos y áreas turísticas. El paisaje del cauce lo integra en este momento 22 fuentes, taludes con jardines, áreas culturales y un lago con capacidad para 12.000 metros cúbicos de agua . A todo ello se ha sumado la creación de una avenida de 2,5 kilómetros de longitud junto a un canal cien por cien navegable, de 1,2 metros de profundidad y capacidad para 44.000 metros cúbicos de agua. El modelo seguido en Monterrey es el del River Walk de San Antonio, en Texas. Para conseguir que el río Santa Lucía llevase agua de manera permanente fue necesaria su ampliación mediante la excavación de 1.975 metros del canal y el uso de 53.000 metros cúbicos de hormigón.

RONDA Los Merinos, urbanismo maleable. (ELPAIS)

El Instituto de Criminología destapa numerosas anomalías en el proyecto - El estudio apunta a que el planeamiento de Ronda se adaptó al interés privado.



El Consistorio ha tenido "sintomática diligencia" en allanar las trabas

Montaner, consejero que avaló el PGOU, ha hecho el plan de urbanización

DIEGO NARVÁEZ - Málaga - 16/01/2011

El urbanismo bajo la lupa de Criminología


La preferencia de los poderes públicos por el desarrollo económico a ultranza les hace en ocasiones satisfacer intereses privados por encima de los objetivos de sostenibilidad socioeconómica y medioambiental, orillando incluso los condicionantes que imponen las leyes administrativas. Así cree el Instituto Andaluz Interuniversitario de Criminología (IAIC) que ha ocurrido en el polémico proyecto urbanístico de Los Merinos Norte en Ronda (Málaga), una urbanización con 783 viviendas de lujo, complejo hotelero, dos campos de golf y clubes hípico y de tenis, en un paraje de ocho millones de metros dentro del área de transición de la Reserva de la Biosfera de la Sierra de las Nieves.

Una investigación sobre el macroproyecto de Los Merinos realizada por este instituto concluye que "hay numerosos indicios de que los grupos empresariales cuentan con la capacidad de influencia suficiente para sacar adelante el proyecto frente a gran número de contratiempos y de que éste se diseña, se proyecta en una determinada ubicación y se desarrolla de acuerdo con las autoridades, contando con que el planeamiento urbanístico se acomodará a sus necesidades de ejecución".

El estudio coordinado por el director del centro, el catedrático de Derecho Penal José Luis Díez Ripollés ha desvelado numerosas anomalías tanto en la tramitación administrativa del proyecto como en el entramado societario de sus promotores. Y pone en entredicho el funcionamiento de los controles de legalidad, tanto de la administración como de los tribunales. Critica, por ejemplo, que la juez de lo contencioso-administrativo Asunción Vallecillo primó el interés particular al negar la paralización cautelar de las obras de urbanización, en el recurso que puso la Junta contra el permiso concedido por el alcalde de Ronda, el socialista Antonio Marín Lara, que autorizó un movimiento del terreno superior al permitido en el Impacto Ambiental y cuando el proyecto tiene denegado el suministro de agua.

Por esta licencia hay abierto también un procedimiento penal tras una denuncia de Izquierda Unida. Las obras están paralizadas desde abril de 2008 pero por decisión voluntaria de la promotora ante la crisis económica.

Al Instituto de Criminología le llama la atención la "sintomática diligencia con la que la Administración municipal se ha ocupado de allanar los obstáculos", y pone de ejemplo que cuando se denegó por segunda vez el permiso para obtener agua del acuífero subterráneo del paraje, el Ayuntamiento se comprometió mediante convenio con la promotora a construir una conducción de agua desde el casco urbano a la urbanización, que dista 12 kilómetros.

El IAIC considera que ha habido una "maleabilidad" del procedimiento administrativo, con "trámites esenciales incumplidos" y decisiones "incoherentes" cuando no "contradictorias". Por ejemplo: el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) aprobado en 1994 declaró Los Merinos suelo urbanizable y, por tanto, obligaba a modificar el Plan Especial de Protección del Medio Físico de Málaga aprobado en 1987 en el que era complejo serrano, y pese a que este se publicó 20 años después, en 2007, no se incluyó el cambio. O que se aprobara al Plan de Actuación Urbanística del paraje en 1992, dos años antes del PGOU, que es el documento general que le sirve de base (es como aprobar el reglamento de una ley antes que la ley).

La investigación no encuentra argumentos suficientemente justificados para que un paraje con las condiciones ambientales de Los Merinos, catalogado como complejo serrano y aislado, a 12 kilómetros del casco urbano, fuera considerado suelo urbanizable no programado en el PGOU de 1994. Algo así es imposible desde la entrada en vigor de la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía en 2003.

Curiosamente, el documento de avance del PGOU fue presentado en 1990 por el entonces consejero de Obras Públicas e Infraestructuras, Jaime Montaner, cuando ya Golf and Country Club Ronda había comprado el suelo de Los Merinos con el propósito de levantar una urbanización. Montaner, arquitecto de profesión, fue 15 años después coautor del plan de urbanización que tiene impugnado la Junta.



MALAGA. Embovedar o no embovedar, esa parece ser la cuestión. (ELMUNDO)


Vista general del río Guadalmedina a su entrada a la ciudad. | J. Domínguez

Vista general del río Guadalmedina a su entrada a la ciudad. | J. Domínguez

  • El alcalde y el presidente de la Diputación apuestan por embovedar
  • La delegada de la Junta y el subdelegado del Gobierno se oponen

El informe del Cedex –organismo público dependiente del Ministerio de Fomento dedicado al estudio y experimentación de la obra pública– sobre la viabilidad de actuar en el cauce del río Guadalmedina ha generado un intenso debate en la ciudad, avivado aún más por el hecho de que las elecciones municipales son dentro de apenas cuatro meses. PP y PSOE ya se han posicionado con propuestas antagónicas y electorales, aunque es la Fundación Ciedes la responsable de impulsar el proyecto de integración del río en la ciudad y el seno escogido por todas las administraciones para alcanzar un acuerdo.

De hecho en Ciedes están representados el Ayuntamiento de Málaga, la Junta de Andalucía, la Diputación provincial y el Gobierno central. Además están la Cámara de Comercio, los sindicatos CCOO y UGT, la Confederación de Empresarios, el Parque Tecnológico de Andalucía, la Universidad de Málaga, la Federación de asociaciones de vecinos Unidad, el Puerto de Málaga y Unicaja. Las instituciones, incluso del mismo partido, tienen opciones diferentes para el río:

Ayuntamiento de Málaga

El alcalde, Francisco de la Torre, defiende abiertamente el embovedamiento del tramo urbano del Guadalmedina (unos tres kilómetros), ya que considera que el informe ve viable dicha actuación. De hecho, cree que es posible incluso aprovechar algunos de los elementos del plan presentado hace más de una década por la ex regidora Celia Villalobos, que recogía aspectos como meter en la parte inferior vías de comunicación y aparcamientos. A su juicio, el Plan Guadalmedina sería «una forma inteligente de utilizar ese espacio», ya que «por debajo cabe hacer de todo y por arriba podría ser un elemento de ornamentación». Para De la Torre, «el río se puede bajar de cota y, por tanto, podrían conectarse los espacios urbanos entre ambas márgenes y tener un espacio ajardinado y de encuentro».

Junta de Andalucía

La delegada del Gobierno andaluz en Málaga, María Gámez, que también es candidata del PSOE a la Alcaldía, en su papel institucional señaló que el informe «no apuesta por ninguna alternativa concreta y ofrece varias posibilidades para estudiarse, con determinados condicionantes que deberán de ser valorados», por lo que emplazó a la próxima reunión de la Fundación Ciedes para debatirlo. Esto fue el jueves; pero el viernes, ya como candidata, presentó abiertamente su opción «verde» y de espacio abierto para el Guadalmedina, oponiéndose de forma tajante a su embovedamiento.

Subdelegación del Gobierno

El subdelegado del Gobierno en Málaga, Hilario López Luna, subrayó en declaraciones a EL MUNDO de Málaga que la situación económica actual«no es momento para invertir ni acometer actuaciones», por lo que abogó por aprovechar este tiempo «en ver qué quiere la ciudadanía, sin posicionamientos previos y sin llevar el asunto a la contienda electoral, sería un error, creo que sería malo caer en una confrontación de opiniones». A su juicio, hay que averiguar si los ciudadanos quieren actuar en el cauce del Guadalmedina «y si esta actuación se considera prioritaria o hay otras que lo son más». Por tanto abogó por la participación y el diálogo en el seno de la Fundación Ciedes y reiteró que, «sin llegar a un referendum, pero debemos saber qué es lo que quiere la ciudadanía que se haga ahí».

Diputación Provincial

El presidente de la Diputación provincial, Salvador Pendón, aboga por el embovedamiento del cauce. A su juicio, la creación de un parque fluvial «en una ciudad con varios kilómetros de litoral» no tiene sentido. «Para compactar la ciudad debe haber una continuidad urbana; no podemos dejar por más tiempo esa cicatriz», aseguró a este periódico. Los embovedados en otras ciudades «han obtenido resultados extraordinarios y las expectativas urbanísticas de la zona en Málaga lo requieren, pues harán falta más vías de comunicación». Pendón considera que la ciudad está «desarticulada» y para hacerla más compacta «necesita una espina dorsal, no el Guadalmedina». Según dijo, hay supercicie suficiente para varios carriles de tráfico y para el uso público, así como para la instalación de «terrazas, puestos de flores o mercadillos». Lo que sí considera necesario es «agotar todos los estudios técnicos posibles, y si es posible entonces embovedar», porque de este modo Málaga «adquiriría una fisonomía urbana acorde al siglo XXI, más permeable y capaz de aprovechar ese espacio muerto en el centro».