lunes, 24 de septiembre de 2007

Vincci abrirá un hotel en el centro histórico en el año 2010 (Málaga Hoy)

La cadena Vincci Hoteles incorporará a su oferta un nuevo establecimiento en Málaga capital, La Posada del Patio, un cuatro estrellas junto al centro histórico de la ciudad y cuya apertura está prevista para 2010. El hotel forma parte de un proyecto de la inmobiliaria Parquesol, empresa con la cual Vincci cerró un acuerdo para gestionar el establecimiento, de 106 habitaciones, según indicaron desde la cadena en un comunicado.
Contará además con plazas de parking propias, área de restauración y cafetería, biblioteca, boutique y piscina, además de dos salas de reuniones de 500 metros cuadrados con capacidad para alrededor de 300 personas.
En el proyecto se contempla la recuperación de los espacios del edificio original, conservando las fachadas en su totalidad, respetando las áreas protegidas, rehabilitándolas y recuperando su esencia. También se reintegrarán los restos de la mayor superficie de muralla musulmana localizada, recuperándola de modo que pueda ser visitada.

El concurso del Auditorio recibe 55 proyectos arquitectónicos (Málaga Hoy)

Aún quedan cinco meses para conocer el proyecto que diseñará el futuro Auditorio de Málaga pero ya ha quedado patente su poder de convocatoria. Un total de 55 proyectos de arquitectos y equipos arquitectónicos procedentes de Málaga, el resto de España, Francia, Dinamarca, Holanda, Suiza, Finlandia, Reino Unido y Japón han presentado sus propuestas al concurso de ideas. Francisco José Fernández Cervantes, gerente del Consejo Rector del Consorcio para la construcción de este espacio, confirmó ayer la cifra tras cerrarse el plazo de presentación de solicitudes.
La próxima cita será el 1 de octubre, cuando el jurado integrado por representantes de todos los socios del consorcio (Ministerios de Fomento y Cultura, Consejería de Cultura y Ayuntamiento de Málaga), arquitectos y representantes de distintas instituciones de la ciudad seleccionarán, bajo criterios basados en el currículo y experiencia profesional, a cinco candidatos que tendrán que presentar la redacción del anteproyecto y que contarán con 25.000 euros de presupuesto.
Como recordara recientemente el viceconsejero de Cultura de la Junta de Andalucía, José María Rodríguez, será el próximo 1 de febrero cuando se dé a conocer el nombre del equipo ganador y el proyecto elegido para poner en pie el Auditorio gracias a una inversión de 72 millones de euros (incluyendo la parcela y las obras del recinto). El plazo previsto para las obras es de cinco años. La cifra será sufragada en un 51 por ciento por el Estado -a través de Fomento y de Cultura-, en un 24,5 por ciento por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y en otro 24,5 por ciento por el Ayuntamiento.
El nuevo espacio escénico se ubicará en una superficie de 31.000 metros cuadrados, aportados por Fomento y localizados en la explanada del muelle de San Andrés. Contará con dos salas para conciertos, una pensada para la música lírica y sinfónica con 1.800 butacas, y otra auxiliar dedicada a los recitales de cámara con capacidad para 400 espectadores.
Además, el Auditorio reserva un espacio para la sede de la Orquesta Filarmónica de Málaga, con salas de ensayo y estudio, así como una biblioteca, una fonoteca y una sala didáctica.

El privilegio de estar entre los últimos vecinos de la calle Larios (La Opinión)

a principal calle de Málaga, con trece grandes edificios, apenas tiene registradas once viviendas y no todas están ocupadas. Tres familias cuentan las experiencias de vivir en el centro del Centro
MIGUEL FERRARY. MÁLAGA Pasear por la calle Larios es hacerlo por el corazón de Málaga. Construida a finales del siglo XIX, es uno de los mejores ejemplos del urbanismo y arquitectura de su tiempo. Es perfecta. Pero esa perfección no se traduce en facilidades para vivir. Al revés. La mayoría de los balcones, ventanas y cierros que se ven en la calle son de oficinas. Cerca de 150. Pero quedan todavía unos pocos vecinos. Resistentes a la lógica económica, que dice que es poco rentable vivir allí. Son apenas once las viviendas registradas como tal por Gestrisam en la calle Larios. No todas están ocupadas, pero las familias que allí permanecen tienen una cosa clara: No se irían a vivir a otro lugar.Una de las más veteranas en la calle es Blanca García Gutiérrez de los Ríos. Doña Blanca, como la conocen, llegó a su casa de la calle Larios con 29 años. Estaba recién casada y corría el año 1942. Ahora tiene 94 años y una salud notable. No pierde su porte aristocrático y su elegancia pese a su edad. Por algo tiene un título nobiliario en su familia.Ella ha visto el cambio de la calle Larios en estos años desde un lugar privilegiado: "Pese a ser la calle principal, la encontraba triste cuando me vine a vivir aquí. Era como un pueblo. Ahora es distinto, las tiendas nuevas embellecen la calle y sí parece una gran ciudad".La evolución ha sido grande a sus ojos. Recuerda que hace sesenta años no estaba tan iluminada como ahora y, después, llegaron los grandes bancos. Poco a poco fueron cogiendo locales a instalando sus sedes en ellos. "La calle se hizo más triste y gris", reconoce. Llegada determinada hora, los bancos cerraban y la vida desaparecía de la calle Larios. Eran los años 70 y 80 y el Centro estaba en plena crisis. Esta vía, pese a ser la principal de la ciudad, era el reflejo de esa crisis al no contar con el bullicio actual.Doña Blanca afirma que para ella vivir en el Centro es muy cómodo. "Ya estoy acostumbrada a tenerlo todo a mano. Estoy a un paso de cualquier sitio. Todos los días voy a misa al Santo Cristo, que lo tengo al lado. Sólo tengo que bajar y llego enseguida", manifiesta esta veterana vecina de la calle Larios.Sí que encuentra una incomodidad. Una molestia. La del coche. Antes la dejaban en la puerta de su casa. Ahora tiene que bajarse más lejos y andar una parte del camino. Pero eso no le amilana: "Me ha perjudicado eso, pero ya me he acostumbrado".Esta queja es común entre los pocos vecinos que permanecen viviendo en la calle Larios. No por pocos las molestias son menos. Raúl Andrade y Maribel Lucena son un matrimonio que lleva más de dos décadas viviendo en esta vía. Maribel es hija de Pedro Lucena, fallecido recientemente y que era propietario de uno de los edificios de esta vía. Quizá por eso esta calle se encuentra irremediablemente unida a su vida. Y así continúa. Maribel se reconoce "muy urbanita, me encanta vivir aquí". Resalta lo positivo de estar en el Centro, sobre todo en los últimos años con el avance de la peatonalización. La vida se ha hecho más tranquila, con menos ruido y polvo que antes. Además, la calle ha recuperado vida: "Antes a las nueve de la noche no encontrabas a nadie, ahora hay gente en la calle hasta las doce de la noche".Su marido, Raúl, no obstante encuentra una pega. Como conductor se encuentra con muchos problemas para acercar a su familia a la casa o para traer la compra. "La Policía Local no discrimina a favor de los vecinos o de los que vienen a trabajar y nos da pocas facilidades", se queja Raúl Andrade. Convivir con la peatonalización no siempre es fácil y estas familia tiene dos aparcamientos en el Centro para dejar los coches. Las quejas por la restricciones de tráfico fueron muy comunes al comienzo de la peatonalización de la calle Larios. Raúl es médico y explica que muchos compañeros suyos "cerraron sus consultas y se trasladaron porque los pacientes no podían bajarse en la puerta". A cambio, reconoce que han ganado en calidad de vida.Maribel Lucena, de hecho, indica que cada vez hay más civismo y se ha controlado el ruido de los bares. Eso se traduce en una mayor tranquilidad, aunque la cercana plaza de la Constitución mantenga un programa de actos casi continuo. Las constantes obras en los edificios cercanos, viejos y necesitados de ciertos arreglos, suponen un pequeño inconveniente que ellos resolvieron hace siete años con el doble acristalamiento. La diferencia es más que notable entre la ventana abierta o cerrada.Comercio y vecindad. Una familia que tiene una especial y estrecha vinculación con la calle Larios es la de Francisco Martín Sáenz. Hasta hace menos de un año regentaba una tienda señera de la calle, algo que combinó en los últimos diez años con su faceta como vecino. Llegó al Centro después de vivir durante años en Juan Sebastián Elcano. La diferencia en los ritmos de vida es notable entre una y otra zona, pero no le cogió de improviso. Si algo tiene Francisco Martín Sáenz es que conoce y vive el Centro como pocas personas de Málaga. Y lo quiere: "Es muy cómodo vivir en el Centro porque todo está a mano, aunque tenemos que soportar la actual Feria del Centro, que es lo peor que se puede hacer".Su casa además es un ejemplo de una vivienda antigua. Como las que ya no se hacen. Nada que ver con minipisos o pisos de techos bajos. Tiene 230 metros cuadrados y más de tres metros de altura en los techos. Eso es calidad de vida. Y cerca de todo.

El IMV quiere desbloquear las VPO de la Judería en octubre (La Opinión)

La promoción prevista en la calle Granada permitirá realojar a los ocho vecinos del barrio y que viven de alquiler. Las obras comenzarán a mitad de 2008
La promoción de ocho viviendas protegidas previstas en la antigua Judería se desbloqueará en octubre, que es cuando el Instituto Municipal de la Vivienda (IMV) prevé recibir el proyecto del arquitecto Iñaki Pérez de la Fuente, que ha tenido que reformarlo para adaptarlo al solar disponible finalmente.El concejal de Vivienda, Diego Maldonado, señaló que una vez que se reciba el proyecto reformado se iniciarán los trámites de solicitud de licencias, préstamo hipotecario para financiar la obra y sacar a concurso estos trabajos. Estas gestiones llevarán unos meses, de modo que las obras comiencen de forma efectiva "a mitad de 2008, con un plazo de ejecución de doce meses y un presupuesto de 600.000 euros".La concreción de este proyecto es el paso esperado por las siete familias y un negocio que vivían en la antigua Judería y que fueron desalojados provisionalmente de sus viviendas hace tres años y medio. Actualmente se encuentran de alquiler, desperdigados por la ciudad y gracias a una ayuda de 300 euros mensuales del Ayuntamiento. El acuerdo era que se mantuvieran así hasta realojarlos en las ocho VPO previstas allí, volviendo al barrio en el que nacieron y donde están imbrincados.Sin embargo, desde abril de 2004 hasta la fecha, el proyecto de reforma de la Judería sólo ha tenido problemas que lo han retrasado. Cuando iba a empezar la demolición de las antiguas viviendas, en abril de 2005, una familia entró en las casas y hubo que esperar más de un año para obtener el permiso judicial que le permitía desalojarla. En la Navidad de 2006 se terminó de limpiar el solar y pocos meses después Urbanismo inició los trabajos para consolidar la torre mudéjar y futura oficina de turismo.Espera. La promoción de VPO se ha tenido que retrasar tras descubrir que el terreno tenía unas medidas diferentes a las previstas y había que adaptar el proyecto de las VPO, algo que está ultimando el arquitecto en estas semanas.Mientras, los vecinos llevan varios años de espera. José Barrionuevo, dueño de `Libritos´, es uno de los más afectados. Su tienda en el adarve de la calle Granada era una referencia en libros infantiles. Eso le ha permitido contar con una clientela fiel que mantiene su negocio, ahora trasladado a la calle Abadía de Santa Ana, bocacalle de Císter. No obstante, reconoce que el negocio se resiente "porque estamos en una zona con menos paso de personas y entra menos gente". Además, el alquiler es mucho más alto y la ayuda municipal apenas les sirve para cubrir una cuarta parte del total."Se supone que íbamos a estar dos años y ya llevamos tres años y medio, sin tener además ninguna fecha", explica Barrionuevo, quien regenta la tienda junto a su mujer e hijos. Esa provisionalidad hace que no puedan decorar la tienda como les gustaría y ahora tienen el temor de qué pasará cuando lleven cinco años alquilados, con la prevista revisión del contrato. El tiempo juega en contra de ellos.Su sueño es volver a la calle Granada, donde han estado más de veinte años, a un local en la nueva promoción de VPO que tendrán con opción a compra.José Barrionuevo mantiene contacto con el resto de vecinos de la Judería, que se sienten muy vinculados a su barrio. "Hay una señora de 80 años que viene todos los días desde Puerta Blanca porque no puede dejar de pasear por su calle Granada", relata.Además, hay otros muchos. Pero el tiempo no pasa en balde, como reconoce el artista Rafael Alvarado, también vecino de la Judería, que espera alquilado en una casa en Pedregalejo. "Muchos se han ido muriendo porque eran personas mayores o la Junta les ha pagado una miseria para echarlos con la excusa del Museo Picasso", afirma Alvarado, quien apunta a la administración autonómica como responsable de la sensación de abandono que tienen: "Éramos 20 familias y teníamos todo pactado con el Ayuntamiento, pero se metió la Junta y a la mayoría les pagó uno o dos millones de pesetas por sus casas. No mostraron ninguna sensibilidad social por estas personas mayores".