viernes, 17 de agosto de 2007

La casona de RNE pasará a ser de propiedad municipal (La Opinión)

El futuro PGOU obligará a promotoras con intereses en la zona a recuperar el histórico edificio para cedérselo al Ayuntamiento de Marbella para uso público
santiago manchado. MarbellaLa casona de Radio Nacional de España (RNE) en Marbella, situada en plena avenida Ricardo Soriano, podría pasar a engrosar la lista de propiedades municipales gracias al sistema de compensaciones que recoge el futuro Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para normalizar uno de los edificios irregulares construidos en el corazón de la ciudad.El empresario Tomás Olivo, imputado en la operación `Malaya´ y propietario del centro comercial La Cañada -el más grande de Andalucía- adquirió la casona en subasta pública por 17,5 millones de euros en 2006. No obstante, el PGOU prevé que algunos que infringieron la legalidad urbanística en su momento financien ahora la recuperación del inmueble.En concreto, según explicó el redactor del nuevo planeamiento, Manuel González Fustegueras, la promotora cordobesa Prasa será una de las que que tendrá que adquirir la casona para cedérsela al Ayuntamiento, que la tendrá que destinar a equipamiento cultural.Es la única forma que tiene la empresa mercantil de conseguir la legalización del edificio Portillo, levantado sobre la antigua estación de autobuses y con exceso de edificabilidad. En total son 80 viviendas plurifamiliares, además de locales comerciales, oficinas y aparcamientos. Por otro lado, en la recuperación de la casona también podrían participar otras empresas con inmuebles irregulares en el Centro, como el edificio Parquesol, construido sobre un sistema general de áreas libres, según el PGOU de 1986 aún vigente, o el edificio `Antonio Herrero´, en la avenida del Mar.Aunque sólo se trata de una propuesta, González Fustegueras mostró su seguridad de que los promotores aceptarán las compensaciones.

Urbanismo obligará a las futuras promociones a que no abusen de los `minipisos´ (La Opinión)

Incluye en el PGOU que las nuevas urbanizaciones en la capital aseguren una media de 80 metros cuadrados entre todas las viviendas construidas
Los `minipisos´ no serán la oferta predominante en la ciudad en los próximos años. La Gerencia Municipal de Urbanismo ha introducido una limitación en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) en el que se establece una media de 80 metros cuadrados para la suma de todas las viviendas de una misma promoción. Esto supone algo muy sencillo y es que se asegura que haya viviendas reducidas, pero se deberán de combinar con otras de mayor tamaño.El concejal de Urbanismo, Manuel Díaz, indicó que esta medida permite que la oferta de pisos sea adecuada a las necesidades de los malagueños y se controlen también algunas tendencias especulativas en el mercado. El sistema establecido por el Ayuntamiento es muy sencillo y consiste en que se sumen las superficies de las viviendas de una nueva promoción y se saque la media del espacio residencial. El resultado debe ser, al menos, de 80 metros cuadrados. De esta forma, toda vivienda de 40 ó 50 metros cuadrados debe ser compensada con otras de mayor tamaño para que la media final se ajuste a ochenta."El objeto de esta norma es evitar que se hagan de forma exclusiva viviendas de espacio único y reducidas", aseguró el edil de Urbanismo, quien recordó que el actual PGOU admite viviendas con un mínimo de de 24,5 metros cuadrados de superficie útil total. Eso no impide que se hagan viviendas de superficie inferior a 80 metros. Sí impone, en cambio, que si se opta por viviendas de pequeñas dimensiones también se ejecuten otras de tamaño superior a dicha superficie. "Hay algunos promotores que se han aprovechado durante años construyendo casas muy pequeñas", con lo que obtenían unos beneficios muy altos a costa de la calidad de la oferta de vivienda. "Muchas familias se encuentran con problemas para encontrar una casa con más de dos habitaciones", indica el edil de Urbanismo.Esta medida tiene como efecto secundario que se controlen algunas prácticas de especulación, con la construcción de viviendas demasiado pequeñas en parcelas de capacidad limitada.Los límites establecidos varían cuando en viviendas rehabilitadas, ya que en este caso se establece un límite de 70 metros cuadrados, para no disuadir el arreglo de edificios, especialmente en el Centro, donde se cuenta con parcelas pequeñas y limitadas en altura.Manuel Díaz puso como ejemplo práctico el de una parcela en la que se construye un edificio con 390 metros cuadrados habitables. Esto significa que se hará "un máximo de 5 viviendas", resultante de dividir la superficie construida y 80 metros cuadrados.