viernes, 15 de junio de 2007

El primer día de huelga paraliza unas 45.000 obras en Málaga (Málaga Hoy)

La zona de Carretera de Cádiz registraba ayer una jornada mucho más tranquila de lo habitual. ¿La razón? Ningún obrero trabajaba ayer en las obras del Metro, siguiendo la huelga planteada por Comisiones Obreras y UGT en el sector de la construcción para reivindicar mejoras laborales. Los piquetes acudieron allí a las siete de la mañana y prácticamente todos los trabajadores se unieron al paro. Durante todo el día, no hubo movimiento de camiones, ni ruidos de máquinas ni hormigoneras. Sólo los guardias de seguridad.
La situación fue parecida en el resto de la provincia, ya que hubo piquetes informativos en Estepona, Marbella, Axarquía y Antequera". Según los sindicatos, en total más de 45.000 obras -un tercio de ellas en la capital- se paralizaron en Málaga de las 50.000 que hay en la provincia. De hecho, los grandes tajos estaban parados: el aeropuerto, el soterramiento del AVE, la ampliación del campus universitario de Teatinos, las obras de Tabacalera o la mayoría de bloques de viviendas, como casi todos los ubicados en el Paseo Marítimo de Poniente. En otros casos, los obreros sí que habían acudido a trabajar, como en varias obras del Pasillo del Matadero, y la Alameda Principal o la Alameda de Colón, justo junto a la sede de Comisiones Obreras. Los responsables sindicales aseguraron que el paro fue seguido por el 90 por ciento de los casi 100.000 trabajadores del sector. Para la patronal, la cifra no llegó al 25 por ciento.
"Hemos estado visitando todas las grandes obras y otros pequeños tajos y todo el mundo se ha sumado a la huelga", aseguraba José Rivas, secretario general de la Federación de Construcción y Afines de UGT-Málaga. Mientras, el secretario general de Construcción, Madera y Afines de Comisiones Obreras, Salvador Rojas, calificó de "muy positiva" la incidencia que tuvo la huelga en Málaga e insistió en que el seguimiento fue "masivo". Ambos estuvieron presentes en una concentración que hubo por la mañana frente a las obras del Metro en el Martín Carpena, que contó con la presencia de una treintena de obreros.
La patronal, a través de Violeta Aragón, gerente de la Asociación de Constructores de la Provincia de Málaga (ACP), aseguró que la incidencia de la huelga era mucho menor. "Sólo han parado algunas de las obras más vistosas, pero no la gran mayoría", decía Aragón. En cuanto al hecho de que aún no se haya iniciado la negociación del nuevo convenio provincial del sector, tal y como reclaman los sindicatos, reiteró que la patronal malagueña no puede hacerlo "hasta que no se haya firmado el acuerdo marco estatal".
Las reivindicaciones sindicales que han motivado esta huelga se centran en el horario laboral durante el verano y los salarios. Así, quieren excluir el sábado como día de trabajo y establecer un horario de lunes a viernes de 8.30 horas a 14.00 y de 15.00 a 17.30 horas, para controlar irregularidades como los trabajos a destajo, las horas extraordinarias no remuneradas o las jornadas excesivas. También reclaman una jornada intensiva de siete horas diarias durante el verano con el fin de evitar las altas temperaturas y los riesgos para la salud. Actualmente en Málaga sólo se hace durante 29 días de agosto y el objetivo es llegar a los tres meses de verano.
Por último, solicitan la unificación de los salarios en todas las provincias andaluzas "porque no puede ser que Málaga tenga los sueldos más bajos de Andalucía con el dinero que da la construcción", dijo ayer José Rivas, que explicó que hay diferencias de hasta 3.000 euros con otras provincias.
Precisamente los constructores siguen sin ver bien este paro, que llega en un momento delicado en el que sector empieza a perder el dinamismo por el que se ha caracterizado en los últimos años.

Málaga no será Nueva York, pero debe buscar su identidad

Francisco San Martín. Decano electo del colegio oficial de Arquitectos
«Málaga no será Nueva York, pero debe buscar su identidad»

El futuro decano de los arquitectos defiende el papel de la entidad en los debates urbanísticos, a los que debe aportar racionalidad, al tiempo que recalca la necesidad de reforzar su estructura interna.

MIGUEL FERRARY. MÁLAGA. Elegido nuevo decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Málaga el pasado martes con un amplio respaldo, Francisco San Martín, tiene muy clara la evolución que debe tomar esta entidad en los próximos años para afrontar los retos del rápido crecimiento de su tamaño y del proceso de aprobación de los planes de ordenación urbana en los distintos municipios de la provincia.
-¿En qué situación interna se encuentra actualmente el Colegio?-La entidad está abocada al cambio de sus estructuras internas de servicio porque en los años 80 tenía entre 250 y 300 asociados, que pasaron a ser de 500 a 600 en los años 90 y 1.250 en la actualidad. Sin embargo, seguimos con fórmulas de gestión interna de hace veinte años, pese a que somos cuatro veces más grandes.
-¿Cuál debe ser el camino para mejorar esta situación?-Esta situación nos obliga a asumir un cambio en la escala y lograr el equilibrio entre la eficacia y la personalización del servicio, que el colegiado sienta la entidad como su casa común. Nos tenemos que alejar de prácticas burocráticas, como en la concesión de los visados a los proyectos, para evitar retrasos a los clientes.
-¿Es este cambio interno la primera prioridad de su mandato?-Esto es una prioridad porque afecta al trabajo diario de los propios arquitectos. Una vez que tome posesión del cargo el próximo 3 de julio, las primeras decisiones irán dirigidas a mejorar esos servicios.
-No obstante, ya funciona el visado electrónico. ¿No es suficiente?-La instalación del visado digital es una consecuencia lógica del avance de la tecnología. Es una buena medida, pero es insuficiente cuando se tarda entre 20 y 25 días en recibir el visado un proyecto. Esto no puede permitirse cuando el profesional liberal tiene que cumplir con unos deberes de pago y eso depende de que se visen los proyectos. Hay que conseguir mayor agilidad y eso depende de los criterios de la junta de gobierno.
-¿Qué retos se plantean al colegio para una provincia afectada de lleno por la aprobación de los planes territoriales de la Junta y los procesos de ordenación urbanística de los ayuntamientos?-La aprobación del Plan de Ordenación Territorial de Andalucía (POTA) afecta a la mayoría de los municipios, que había aprobado inicialmente sus planes de ordenación urbana y ahora tienen que reiniciar el proceso. A los ayuntamientos les han cambiado el guión y las reglas a mitad del juego. No voy a entrar en si los nuevos criterios están bien o mal, pero lo que está claro es que cada ayuntamiento tienen que pasar su PGOU por ese filtro. Aquí el colegio ayudará a promover la participación pública para ver los nuevos modelos.
-¿Qué puede aportar el Colegio Oficial a la elaboración del PGOU de Málaga?-Hay la necesidad de un mayor debate público, con participación de los promotores, del municipio y los arquitectos. La entidad aporta aspectos de conocimiento y análisis urbano. Por ejemplo, no se puede reducir el debate del rascacielos de Repsol a elegir entre zona verde o torre. La ciudad es mucho más compleja que eso y el colegio ofrece más racionalidad profesional para la discusión.
-El Colegio presentó una alegación muy crítica al proyecto del PGOU. ¿Se mantendrá la misma línea?-Hasta ahora la entidad se ha pronunciado con las alegaciones, gracias a que cuenta con un servicio de información muy bueno que desarrolla estos informes técnicos. Pero también hay que plantear un debate más ciudadano, porque el PGOU no se debe de entender como algo técnico, sino el planteamiento de dónde van a vivir los ciudadanos. No podemos pensar que Málaga es el ombligo del mundo, tenemos que ir más allá. Ahora no se trata de ser una ciudad grande, sino una gran ciudad.
-¿Cómo ve el debate sobre los rascacielos?-Si deben ir o no es algo banal. Ese no es el problema. Lo importante es si somos capaces de aprovechar las condiciones territoriales de la ciudad. El PGOU de 1983 marcó las pautas para definir la cuestión urbana y lo que tenemos que hacer es afinar el reloj que se construyó en ese momento. -En lo que sí que se insiste mucho es que para crear una "gran ciudad" hay que contar con edificios singulares de arquitectos internacionales.-La buena arquitectura, venga de donde venga, dará a la ciudad nivel y prestigio. Es fundamental que el producto sea interesante y deje una huella positiva. La gente puede que no conozca las claves especiales, pero sí sabe si la arquitectura le emociona. No podemos hacer Nueva York, pero sí debemos buscar una identidad. Eso es lo importante. Los edificios singulares nos servirán para vernos reflejados en otras grandes ciudades. De hecho, ya hay edificios importantes como el Palacio de Ferias o la Ciudad de la Justicia. Eso es muy positivo y no caer en el provincianismo de decir que sean arquitectos locales. Sólo se debe pedir que sea un buen proyecto.
-¿Cómo ve la situación de Marbella tras los problemas urbanísticos y de corrupción?-La Junta de Andalucía ha adelantado trabajo de la nueva ordenación urbana y pasará a manos del Ayuntamiento, que seguro que hará algunos cambios, pero espero que no se repitan luchas políticas por apreciaciones políticas y no técnicas. Todo lo que sea seguridad jurídica y buen entendimiento, es positivo para todos.-¿Ha habido un excesivo desarrollo urbanístico en la Costa?-Muchos piensan que es una barbaridad lo que se ha hecho, pero en realidad eran actuaciones que estaban ya aprobadas por la Comisión Provincial de Urbanismo y para las que, hasta el año 2000, no había dinero para desarrollarlas. El problema es que se ha ejecutado en dos años lo que debería haberse hecho en quince.

El suelo construido en Málaga ha crecido un 665% en 50 años (La Opinión)

Más de 36.000 hectáreas de la provincia están ya ocupadas por viviendas e infraestructuras, a costa del retroceso de la superficie agrícola en las vegas y la franja litoral. Casi la mitad del territorio malagueño está compuesto por áreas naturales y forestales y láminas de agua
VIRGINIA GUZMÁN. MÁLAGAUna vez más, las cifras vuelven a demostrar algo que se observa a simple vista en Málaga: el avance de la construcción sobre la superficie provincial, ya sea en forma de viviendas o infraestructuras de cualquier tipo. Tanto es así que en el último medio siglo el suelo ocupado por superficies edificadas ha aumentado un 665%, según un informe comparativo elaborado por la Junta, con datos de 1956 y 2005.Hace cincuenta años, las construcciones suponían 4.739 hectáreas en la provincia. Ahora ocupan 36.287, es decir, se han `sellado´ más de 31.000 hectáreas, lo que lo convierte en el ámbito de mayor crecimiento, seguido muy de cerca, sorprendentemente, por el aumento de superficie arbolada, que ha subido un 20%, con 28.000 hectáreas más. El informe de usos del suelo, presentado por el director de Gestión del Medio Natural, José Guirado, y el delegado provincial de Medio Ambiente, Ignacio Trillo, repasa los cambios experimentados por todo el territorio andaluz a través de imágenes aéreas y en el caso de Málaga revela datos inesperados, como que el avance urbanístico se ha realizado a costa de terreno agrícola y no de suelo arbolado, como se creía hasta ahora. Así, la superficie para agricultura ha descendido casi un 9% y aunque se acerca a las 350.000 hectáreas ocupadas, ha perdido 32.500 en el último medio siglo. Esa tendencia decreciente se ha dejado notar más en las vegas y en las zonas litorales, cuyos municipios han pasado de ser pequeños pueblos costeros con cultivos a grandes urbes con prácticamente todo su suelo disponible ocupado por construcciones. "Hasta el momento, los espacios forestales han quedado fuera de esa intensidad de transformación del suelo, aunque cueste cada vez más seguir defendiendo estos terrenos", explicó Guirado, quien puso como ejemplo los acantilados de Maro-Cerro Gordo, en el extremo oriental de Málaga.Cultivos. Los que sí han crecido son los cultivos de cítricos, de regadíos, que ocupan más de 30.000 hectáreas, aquellos intensivos, como los invernaderos que cubren buena parte de la Axarquía, y los tropicales, mientras que el olivar ha experimentado un retroceso, con 1.500 hectáreas menos, al contrario que en otras provincias del interior. En el último medio siglo, el 35 por ciento de la superficie provincial ha experimentado algún tipo de cambio, aunque el reparto de los usos del suelo ha variado poco. Así, un 46,3 por ciento del territorio está ocupado por áreas naturales y forestales y un 1,38%, por láminas de agua y zonas húmedas -los embalses y lagunas ocupan más de 2.600 hectáreas-. Los territorios agrícolas cubren el 47,2 por ciento de la provincia y, por último, las áreas construidas sólo suponen, a pesar del `boom´ urbanístico, un 4,97 por ciento de la superficie total -en 1956 ese porcentaje era del 0,65 por ciento-.
La población se ha duplicado desde 1956La población de la provincia de Málaga se ha multiplicado por dos en el último medio siglo, según refleja el informe elaborado por la Consejería de Medio Ambiente. Si en 1956 residían en Málaga 750.115 personas, en 2005 esa cifra había aumentado hasta los 1,45 millones de habitantes, lo que significa un incremento del 93,7 por ciento.En la comunidad autónoma andaluza, la población ha aumentado un 40 por ciento, pasando de 5,6 millones a 7,8. Las superficies construidas se han incrementado en un 286 por ciento, mientras que la mayor subida se ha registrado en los embalses y láminas de agua, con un 402 por ciento, y un territorio ocupado de 47.400 hectáreas. Los territorios agrícolas han descendido un 0,38 por ciento y las áreas naturales han caído un 2,35 por ciento.

Francisco San Martín Olea: «El PGOU de Málaga no está bien calibrado a nivel técnico y político» (SUR)

«Convocaremos debates públicos sobre los modelos de transformación urbanística para introducir claves de racionalidad objetivas sobre ellos» «Las restricciones de la Junta condenan a los municipios pequeños al ostracismo»

Su móvil no deja de sonar durante toda la entrevista. Son muchos los compañeros que quieren felicitar a Francisco San Martín Olea por su victoria en las elecciones del Colegio Oficial de Arquitectos de Málaga celebradas el pasado martes. San Martín, que tomará posesión del cargo el próximo día 3 de julio, dice que aprovechará las semanas previas a agosto para poner en marcha algunas de sus propuestas para mejorar el funcionamiento de la entidad que agrupa a los arquitectos de la provincia.¿Se esperaba un respaldo como el que obtuvo el martes en las elecciones del Colegio de Arquitectos?En estas cuestiones siempre hay una gran incógnita. No obstante, tenía una cierta tranquilidad porque habíamos hecho un buen trabajo. Se percibía en el colegio que había una necesidad de cambio.¿Cuáles son las primeras medidas que piensa poner en marcha para llevar a cabo sus propuestas?Quiero poner en práctica los nuevos criterios para el visado de los proyectos. Sin dejar de cumplir con la legislación, mi intención es reducir el tiempo de tramitación de los visados, que actualmente está en unos 20 ó 25 días, a un solo día en el caso de que se haga por la vía digital y a tres si es por papel.¿Agilizaría esto la puesta en marcha de las obras?Claro. Además, nuestra candidatura ha propuesto que, al margen del visado colegial, exista otro de cualificación urbanística o arquitectónica que los arquitectos pueden solicitar de forma voluntaria y que les servirá para defender su proyecto frente a administraciones o particulares. Ahora, las administraciones públicas tienen que cumplir los plazos que marca la ley. No me parece de recibo que se tarde un año en conceder una licencia de obras y eso está pasando.¿Qué puede hacer el colegio para evitar esos retrasos?Vamos a denunciar claramente esas cuestiones ante la opinión pública. En una sociedad moderna, todos los estamentos tienen que funcionar: los públicos y los privados.Usted ha anunciado su intención de intensificar la presencia del colegio en la sociedad malagueña. ¿Qué medidas piensa adoptar para esto?Entendemos que se están planificando procesos de transformación urbana en la capital y la provincia que, por los nuevos criterios que la Junta de Andalucía, van a tener que revisar a la baja sus previsiones. Es verdad que muchas de ellas suponían un crecimiento exagerado pero lo cierto es que, a mitad del guión, han cambiado las reglas. Vamos a defender un modelo de desarrollo urbano que sea compatible con las teorías de la sostenibilidad. Pero sostenibilidad no quiere decir crecimiento cero. Además, queremos entrar a fondo en los debates urbanísticos que se están produciendo, como el caso de las torres de Repsol o el salto de la ronda este, en la capital. Estas cuestiones no pueden analizarse únicamente desde el punto de vista mediático. Hay que introducir claves de racionalidad más objetivas.
¿Cómo lo harán?Convocando debates públicos, invitando a gente que sabe lo que está diciendo, y exponiendo ejemplos de otras ciudades para aprender de ellos. En estos momentos Málaga está en el camino de ser una ciudad grande o una gran ciudad. Hay que buscar la transparencia en las propuestas que se hacen. No podemos entrar en esa síntesis de la realidad que es 'o torres o parque' en el caso de la parcela de Repsol. Torres y parque también puede ser, digo yo.¿Qué opina del Plan General de Ordenación Urbana de la capital?El PGOU no ha estado bien calibrado desde el punto de vista técnico y político. De hecho, cuando los vecinos han protestado, el equipo de gobierno ha tenido que dar marcha atrás en sus planteamientos. No se pueden proponer cosas que no sean posibles y reales, porque se inquieta a la gente. Lo primero que un plan debe hacer es aceptar lo que somos. El PGOU debe respetar a los ciudadanos y no marcar sueños imposibles. Creo que el plan de Málaga va a tener que volver a ser aprobado inicialmente de nuevo.Llega al decanato del colegio en un momento delicado de la planificación urbanística de los municipios, ya que los planes generales de la provincia se encuentran en una situación espera ante las nuevas normativas de la Junta. ¿Piensa tomar alguna acción al respecto?Vamos a solicitar a la Consejería de Obras Públicas que hagamos un esfuerzo conjunto para que se expliquen bien las limitaciones de crecimiento urbano que ha impuesto a los municipios. Si el crecimiento de los que son pequeños se hace ordenadamente, con los servicios garantizados, no tiene por qué crear problema grave alguno. ¿Por qué vamos a condenar a los municipios pequeños al ostracimo? Eso es lo que hace la Junta al limitar su expansión de manera que no supere el 40% del suelo urbano ni el 30% de la población. Así, el pequeño siempre será pequeño y el grande no tiene problema. De este modo, condenamos a la gente a que abandone los pueblos y se vaya a las ciudades. La Consejería de Obras Públicas no puede tener un discurso que no sabe adónde va, debe clarificarlo. Tenemos un problema en Andalucía porque no hay seguridad jurídica que dé confianza a los inversores.

«No percibo que haya crisis»

Los datos de visados de viviendas de los últimos meses confirman la ralentización por la que atraviesa el sector inmobiliario. ¿Estamos a las puertas de una crisis?No percibo que estemos en una crisis parecida a la de principios de los noventa. Sí se está creando un clima que no es muy favorable. Quien está produciendo la mayor parte de la subida del precio de la vivienda es el propietario de los suelos. Se están pidiendo precios por terrenos que suponen el 40% del coste de la vivienda. Si los promotores no pueden ajustar los precios de las casas porque el suelo no baja, la cosa no pinta bien.¿Qué puede hacerse entonces?Esto tiene un debate más largo, pero creo que se arregla con una nueva política fiscal. Al propietario del suelo le tiene que costar dinero tenerlo. Tiene que ganar en función de lo que pueda construirse en su suelo y también tiene que estar gravado en función de la calificación que tenga. Soy optimista, pero creo que hace falta más diálogo entre las entidades públicas y las privadas. En este y otros muchos asuntos, como la construcción de vivienda protegida, los empresarios van por un lado y la comunidad autónoma, que regula hasta la última coma del urbanismo, va por otro.

El crecimiento urbanístico en Málaga casi triplica la media andaluza en 50 años (SUR)

Un estudio revela que desde 1956 la superficie construida en la provincia ha aumentado en un 665%, ocupando principalmente suelo agrícola La masa arbórea ha ganado 28.227 hectáreas en este periodo

1956Población en Málaga: 750.115. Áreas naturales y seminaturales: 339.471 hectáreas. Superficie arbolada: 142.998 hectáreas. Suelo agrícola: 377.410 hectáreas. Embalses y láminas de agua: 463 hectáreas. Cultivos en regadíos: 17.106 hectáreas. Superficies construidas: 4.739 hectáreas. ActualidadPoblación en Málaga: 1.453.409. Áreas naturales y seminaturales: 338.991 hectáreas. Superficie arbolada: 171.225 hectáreas. Suelo agrícola: 344.823 hectáreas. Embalses y láminas de agua: 2.618 hectáreas. Cultivos en regadíos: 31.050 hectáreas. Superficies construidas: 36.287 hectáreas.

Es un hecho comprobable con sólo hacer un viaje desde Nerja hasta Manilva. Las grúas, los edificios en construcción o las grandes infraestructuras dan una idea de la dimensión que el urbanismo tiene en la provincia. El cemento ha ido, poco a poco, ganando terreno y ocupando espacio en el litoral malagueño, así como en algunas zonas del interior. Ahora, los datos y las imágenes vía satélite corroboran esta apreciación. En los últimos cincuenta años la superficie construida (incluyendo viviendas, carreteras, infraestructuras, puertos,...) en la provincia de Málaga casi triplica el crecimiento experimentando durante el mismo periodo en el resto de la Comunidad autónoma. En el último medio siglo, el espacio construido en Málaga ha pasado de 4.739 a 36.287 hectáreas (31.548 más), lo que representa un incremento del 665,64%. Desde 1956, en la Comunidad autónoma andaluza -sin computar lo correspondiente a la provincia malagueña- el crecimiento fue de 111.281 hectáreas, un 246% más, según se desprende del informe, pionero en su género, 'Usos y coberturas vegetales del suelo en Andalucía 1956-Actualidad', presentado ayer por el delegado provincial de Medio Ambiente, Ignacio Trillo, y el director de Gestión del Medio Natural de la Junta de Andalucía, José Guirado. Este crecimiento en Málaga se ha producido ocupando, principalmente, los suelos agrícolas, una vez que esta práctica ha sido abandonada, fundamentalmente en la franja costera. Así, pusieron el ejemplo de una fotografía de Benalmádena en los años 60 en la que se veían claramente los terrenos dedicados a cultivo y una instantánea de la actualidad en la que se aprecia el importante crecimiento experimentado por esta ciudad costera, que en cincuenta ha aumentado su población en un 135%.CultivosEl suelo agrícola en la provincia disminuyó en 32.587 hectáreas (un 8,63%) en medio siglo, aunque, paralelamente, se produjo un incremento de 13.944 hectáreas dedicadas a los cultivos de regadío principalmente en las vegas de los cauces fluviales, destacando el valle del Guadalhorce, Antequera y la Axarquía. Asimismo, durante este periodo aumentó el territorio dedicado al cultivo de cítricos (8.045 hectáreas), los invernaderos (1.210 hectáreas) y los cultivos tropicales (4.158 hectáreas), estos dos últimos, fundamentalmente, en la zona oriental de la provincia. Por el contrario, la superficie destinada al olivar se redujo en 1.519 hectáreas, quedando las principales parcelas en la comarca norte -limítrofe con la provincia de Córdoba- y la zona de la Serranía de Ronda. Además, se ha dado un cambio en la explotación de la agricultura, pasando de ser un práctica de carácter extensivo a ser intensivo. Respecto a la superficie forestal, José Guirado destacó que la provincia mantiene el 92% de las áreas naturales y seminaturales que tenía hace medio siglo, en un contexto en el que ha aumentado la población y la expansión urbanística. Como señaló Trillo, el proceso urbanizador en estos años «ha sido intenso». Sin embargo, y en contra de lo que puede ser la creencia popular, en estos cincuenta años, la superficie arbolada en la provincia ha aumentado en 28.227 hectáreas por factores naturales y artificiales (la intervención urbana a través de programas de regeneración). Un hecho que llevó a Guirado a afirmar: «En materia natural, cualquier tiempo pasado no fue mejor». Un ejemplo es el de Alhaurín de la Torre, donde a pesar del aumento poblacional que ha registrado, también ha crecido la cubierta vegetal en el municipio, lo que, según Trillo, propició que en 1991 apareciese en esta zona una especie como la cabra montés. Asimismo, José Guirado se congratuló de que en el litoral malagueño los espacios que quedan libres y vírgenes de cemento son suelos forestales: como el paraje de Maro-Cerro Gordo o el propio Arraijanal en la capital. EmbalsesPor otro lado, el estudio desvela que los espacios destinados a embalses y láminas de agua han pasado de 463 en 1956 a 2.618 hectáreas actualmente, lo que supone un incremento del 465,11%. Aunque los cambios de usos superficiales dentro del periodo analizado han sido intensos -un 35%-, la distribución de los suelos en la provincia ha cambiado poco, según el informe. Así, la radiografía de la provincia es: el 47,22% de los suelos son territorios agrícolas; el 46,43%, áreas naturales y arboladas; el 4,97%, superficies construidas, y el 1,38%, zonas húmedas y superficies de agua, según el estudio, fruto de dos años de trabajo.